28 de noviembre | Exaltad a Jesús | Elena G. de White | En el día del juicio

El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel. Lucas 16:10.

Lo que hace que la vida sea un éxito es la atención consciente que se le da a lo que el mundo llama las “cosas pequeñas”. Las pequeñas obras de caridad, los pequeños actos de abnegación, el pronunciar sencillas palabras de ayuda, estar alerta contra los pecados pequeños: esto es el cristianismo. El reconocimiento agradecido de las bendiciones cotidianas, el mejoramiento sabio de las oportunidades diarias, el cultivo diligente de los talentos que se nos han confiado: esto es lo que el Maestro espera de nosotros.
El que desempeña fielmente los deberes pequeños estará preparado para responder a las demandas de las responsabilidades mayores. La persona bondadosa y cortés en la vida de cada día, generosa y paciente con su familia, cuyo objetivo constante es procurar la felicidad del hogar, será la primera en negarse a sí misma y hacer sacrificios, cuando el Maestro se lo pida…
El viaje más largo se completa dando un paso a la vez. Una sucesión de pasos lleva al final del camino. La cadena más larga está compuesta por eslabones individuales. Si uno de estos eslabones está fallado, la cadena es inútil. Así también sucede con el carácter. Un carácter bien balanceado se obtiene mediante actos individuales bien desempeñados. Un defecto que se cultiva en lugar de vencerse, hace que el hombre sea imperfecto, y cierra delante de él los portales de la Ciudad Santa. Las personas que lleguen al cielo deberán poseer un carácter sin mancha ni arruga ni cosa semejante. Allí no puede entrar nada que contamine. Ni siquiera una falta se observará en toda la hueste de los redimidos.
La obra de Dios es perfecta como un todo, porque cada una de sus partes es perfecta, por diminuta que sea. El forma la pequeña brizna de hierba con el mismo cuidado que ejercería para hacer un mundo…
Si hay algo que es digno de hacerse, es digno de hacerse bien. No importa cuál sea el trabajo que hagan, realícenlo fielmente. Sean veraces hasta en los detalles más pequeños. Lleven a cabo obras de amor cada día y pronuncien palabras alegres. Prodiguen sonrisas al recorrer el sendero de la vida. Al trabajar de este modo, Dios colocará su aprobación sobre ustedes, y algún día Cristo les dirá: “Bien, buen siervo y fiel”. Mateo 25:21.
En el día del juicio, los que hayan sido fieles en su vida diaria, que hayan captado la naturaleza de su obra con rapidez y la hayan llevado a cabo, sin pensar en alabanza ni ganancia, escucharán las palabras: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. El Señor no los felicita por los discursos elocuentes que hayan pronunciado, ni por la fuerza intelectual que hayan manifestado, ni por los donativos liberales que hayan hecho, más bien los recompensa por el cumplimiento de los deberes pequeños que generalmente se pasan por alto. “Porque tuve hambre, y me disteis de comer”, les dice. “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. Mateo 25:34-35, 40.—The Youth’s Instructor, 17 de enero de 1901.

DEVOCIONAL EXALTAD A JESÚS
Elena G. de White

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