27 de septiembre 2020 | Devoción Matutina para Damas 2020 | Con eso no se juega
UN DÍA A LA VEZ
Lecturas Devocionales para Mujeres 2020
“Conserven lo que tienen, hasta que yo venga” (Apoc. 2:25).
Harry Kakavas era un exitoso empresario de Australia. Había obtenido su fortuna vendiendo casas, pero era un ludópata empedernido. Ira jugar al casino era su actividad preferida, en la que perdió mil quinientos millones de dólares (sí, lo has leído bien, 1.500 millones). En un intento de recuperar parte de lo perdido, el empresario demandó al Crown Casino de Melbourne, alegando que los directivos del lugar sabían que él tenía una patología y se habían aprovechado de ella. El argumento clave de su defensa era que su Ludopatía lo ponía en una posición de desventaja, de la cual el casino obtuvo ganancia.
El caso llegó al Tribunal Supremo, porque el juez de primera instancia aceptó la acusación; sin embargo, los jueces ante quienes se llevó la apelación fallaron en contra de Kakavas. La clave de su argumento fue que no es La obligación de un casino proteger a los Ludópatas de sí mismos y que, en esa medida, el señor Kakavas no estaba en mayor inferioridad de condiciones que cualquier otra persona. Los jueces entendieron que Harry era capaz de tomar sus propias decisiones, como dejar de ir al casino o impedir que este lo explotara. En otras palabras: el Tribunal Supremo se negó a ver a este hombre como víctima.
Me parece interesante este caso, porque refleja un poco nuestra relación con el pecado. Pase lo que pase a nuestro alrededor, siempre nos queda la libertad de decidir qué actitud tener ante las tentaciones: si cederemos una y otra vez a ellas o si entenderemos que tenemos en Dios una ayuda poderosa y se la pedimos, de manera que poco a poco podamos ir dejando atrás hábitos y conductas que nos alejan de la vivencia diaria del cristianismo. La otra opción sería percibirnos a nosotras mismas como víctimas, y no como las protagonistas de nuestras decisiones.
No podemos seguir jugando con el pecado, pues la salvación no es un juego. «Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante. Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. […] Por lo tanto, mediten en el ejemplo de Jesús […] no se cansen ni se desanimen» (Heb. 12:1-3).
DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020
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