27 de agosto | Devocional: Mi vida Hoy | Soy ojos para el ciego

Yo era ojos al ciego, y pies al cojo. (Job 29:15)

Velad con atención, plena conciencia y oración, para que la mente no se deje absorber por sus negocios de tal manera que pase por alto la verdadera piedad y se apague el amor del alma, a pesar de la inmensa necesidad de que seáis la mano derecha de Dios para socorrer a los ciegos y a los infortunados. Los menos amigables exigen más atención que todos. Emplead vuestro tiempo y fuerza en aprender a ser «ardientes en espíritu,» a obrar con justicia, a amar la misericordia, «sirviendo al Señor.» Recordad que Cristo dice: «En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis». (MS 109, 1902)

Dios exige que sus hijos sean más compasivos y considerados con aquellos a quienes les ha tocado peor suerte…Quiere que se brinde a los ciegos y a los que padecen cualquier enfermedad física. La bondad desinteresada es muy rara en esta época…Causa extrañeza que los profesos cristianos menosprecien las enseñanzas claras y definidas de la Palabra de Dios, y no sientan dolor de conciencia por ello. Dios les impone la responsabilidad de velar por los infortunados, los ciegos, y cojos, por las viudas y los huérfanos; pero muchos no se preocupan por desempeñarla. (3T:516-517)

Hay una gran obra que hacer en nuestro mundo. Y a medida que nos acercamos al fin de la historia humana, esa tarea no disminuye en lo más mínimo; por lo contrario, cuando el perfecto amor de Dios more en el corazón, se realizarán maravillas. (RH, 15-01-1895) (251)

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DEVOCIONAL: MI VIDA HOY

Reflexiones para cada día

Elena G. de White

(990)

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Devocional, Mi vida Hoy

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