27 de abril 2025 | Devoción Matutina para Damas 2025 | Dentro, en la entrada o en el techo, ¿dónde estás?

«No encontraban por dónde meterlo, porque había mucha gente; así que subieron al techo y, abriendo un hueco entre las tejas, bajaron al enfermo en la camilla, allí en medio de todos, delante de Jesús» (Lucas 5: 19).

Como si ya existiera la mensajería instantánea, la noticia de que Jesús daría una conferencia en la casa de Pedro se extendió con rapidez. Los primeros en llegar al lugar fueron los fariseos y los doctores de la ley; tomaron, como siempre, los primeros puestos para estar más cerca de Jesús y así cumplir el propósito por el cual habían ido: encontrar errores en sus palabras. Estaban allí para acusar, no para aprender.
En derredor de ellos se encontraban los que habían llegado después y, poco a poco, se fueron agolpando, de manera que taparon la entrada de la casa. Por este motivo, cuando aquellos hombres llevaron a su amigo paralítico al encuentro con Jesús, no hubo manera, por lo menos normal, de llegar hasta él. A este hombre le urgía un encuentro con el Maestro. No anhelaba tanto volver a caminar como sentir la paz que su corazón arrepentido necesitaba, pero parecía imposible hasta que les dijo a sus amigos: «¿Y si entramos por el techo?».
Puedo imaginar las miradas de los amigos que, sorprendidos por el pedido, pensaron que, después de todo, no era tan mala idea. Y por el techo hicieron posible que su amigo paralítico tuviera un encuentro con Jesús. ¿En qué grupo estamos ubicadas hoy? Estas son las posibilidades:
Grupo 1: fariseos y doctores de la ley que solo buscaban errores. Por eso estaban cerca.
Grupo 2: personas quizás sinceras que escuchaban al Maestro, pero que se convirtieron en un impedimento para que un corazón necesitado llegara hasta él. Estaban cubriendo la entrada.
Grupo 3: personas que, con diligencia, astucia, fuerza de voluntad y perseverancia, hicieron posible que aquel hombre recibiera lo que su corazón tanto añoraba.
Querida amiga, reflexionemos hoy ¿Estamos realmente siendo canales que conecten a nuestros amigos con Cristo Jesús? ¿Hemos puesto todas nuestras fuerzas para hacer posible ese encuentro con su Salvador o hemos sido con nuestras actitudes un impedimento? Si tienes un amigo al que estás llevando a los pies del Maestro, no te desanimes, no te canses, sé perseverante. Busca la estrategia, sube al techo y en el cielo tendrás tu recompensa.

Posdata: Feliz al llevar amigos a Jesús.

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DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2025



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