27 de abril 2022 | Devoción Matutina para Damas 2022 | ¡Estás loca!

«¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos» (Apoc. 3:20, NTV).

Si Dios te pidiera que te acercaras a una persona que no conoces y ahí, en medio del supermercado, te ofrecieras a orar por ella, ¿lo harías? Y si te pidiera que dejaras un trabajo prestigioso y bien remunerado para tener otro hijo, aunque tú creyeras que ya tienes suficientes, ¿lo harías? Algunas veces, para obedecer a Dios, hay que estar dispuesta a parecer un poco loca (aun a los ojos de otros cristianos).
Cuando Pedro fue rescatado de la prisión por un ángel, fue a la casa donde los creyentes se habían reunido para orar y llamó a la puerta. Era noche cerrada cuando Rodé, una joven sirvienta, fue a abrir. Pero cuando reconoció la voz de Pedro, se alegró tanto que, en vez de abrir la puerta, corrió adentro a avisar a todos. Al oírla, los santos varones y mujeres que habían orado fervientemente por Pedro se burlaron de ella diciendo: «¡Estás loca!» (Hech. 12:15, NTV). Como ella insistía, en lugar de creerle, ellos iniciaron un debate teológico. Los incrédulos creyentes le explicaron que había visto un ángel. A todo esto, Pedro estaba a punto de derribar la puerta de tanto golpearla. Cuando por fin abrieron, quedaron asombrados: la muchacha no estaba loca; Pedro había sido liberado.
La parte que más me gusta de esta historia es que Rodé no se dejó convencer. No comenzó a dudar si había oído o no la voz de Pedro. Pese a que era solo una muchacha esclava e inmigrante, no permitió que las dudas y explicaciones de los demás le robaran su fe. A veces, Dios nos guía a tomar una decisión, pero no sabemos cómo explicárselo a otros. Tememos decir: «Creo que Dios me está llamando a escribir un libro» o «pienso que Dios quiere que dedique más tiempo a mis hijos y trabaje menos horas», por miedo a que nos traten de locas. ¡Y posiblemente lo harán! Probablemente también nos dirán que no tenemos el talento o el dinero suficiente para lograrlo. Sin embargo, como Rodé, tengamos el valor de reconocer la voz que oímos. El milagro por el que estás orando se encuentra al otro lado de la puerta, al otro lado de tu miedo al qué dirán.

Señor, quiero reconocer y obedecer tu voz, aunque el resto del mundo piense
que estoy loca. Quiero aprender a confiar en tu Palabra. Quiero abrir
la puerta de par en par para que entres.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2022
SIN MIEDOS NI CADENAS
Vanessa Pizzuta
Lecturas Devocionales para Mujeres 2022



(1940)

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