25 de agosto | Una religión radiante | Elena G. de White | Placeres pasajeros

«No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre.El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre».  1 Juan 2: 15, 17, NVI

HAY AMADORES DEL MUNDO aun entre aquellos que profesan esperar al Señor, así como los que ambicionan riquezas y honores. Cristo los describe al anunciar que el día. del Señor «como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de la tierra» (Luc. 21: 35). Este mundo es su hogar. Se dedican a conseguir bienes terrenales. Erigen costosas viviendas con todas las comodidades; hallan placer en la buena ropa y en la satisfacción del apetito. Las cosas del mundo son sus ídolos, y se interponen entre el alma y Cristo, y ven tan solo en forma débil y empañada las solemnes y tremendas realidades que nos apremian.— Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 431-432.

Si permitiéramos que nuestra mente se explayara más en Cristo y en las realidades celestial, hallaríamos un estímulo y un apoyó poderoso para pelear las batallas del Señor. El orgullo y el amor al mundo perderán todo su atractivo al contemplar las glorias de esa tierra mejor que pronto será nuestro hogar; todos los atractivos terrenales comparados con la belleza de Cristo parecerán de poco valor.— Mensajes para los jóvenes, § 30, p.66.

Mejor que toda la amistad del mundo es la amistad de los redimidos de Cristo. Mejor que un título de propiedad para el palacio más noble de la tierra es un título a las mansiones que nuestro Señor ha ido a preparar. Y mejores que todas las palabras de alabanza terrenal, serán las palabras del Salvador a sus siervos fieles: «Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo» (Mat. 25: 34, NVI).— Palabras de vida del gran Maestro, cap. 26, p. 308.

«Pero el mundo se va acabando, con todos sus malos deseos; en cambio, el que hace la voluntad de Dios vive para siempre». 1 Juan 2:17, DHH

DEVOCIONAL ADVENTISTA

UNA RELIGIÓN RADIANTE

Reflexiones diarias para una vida cristiana feliz

Elena G. de White

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