24 de septiembre | Devocional: Conflicto y Valor | Un sacrificio vivo

Lucas 1:13-15; 3:1-9.

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. Romanos 12:1.

El Señor ha estado llamando la atención de su pueblo a la reforma pro salud. Esta es una de las grandes ramas en la obra de preparación para la venida del Hijo del Hombre. Juan el Bautista salió con el espíritu y el poder de Elías para preparar el camino del Señor…
Juan se separó de sus amigos y de los placeres de la vida. La simplicidad de su vestimenta, un manto tejido de pelo de camello, era un permanente reproche para el lujo desmedido y la ostentación de los sacerdotes judíos y del pueblo en general. Su dieta, puramente vegetal, de algarrobas y miel silvestre, era un reproche para la complacencia del apetito y la glotonería que prevalecían por todas partes… Los que deben preparar el camino para la segunda venida de Cristo están representados por el fiel Elías, así como Juan vino en el espíritu de Elías para preparar el camino para la primera venida de Cristo. El gran tema de la reforma debe ser puesto ante la opinión pública… La temperancia en todas las cosas debe estar unida con el mensaje para volver al pueblo de Dios de su idolatría, su glotonería y sus extravagancias en el vestir y en otras cosas.
Debe presentarse a la gente la negación del yo, la humildad y la temperancia que se requieren de los justos, a quienes Dios guía y bendice especialmente, en contraste con los hábitos de despilfarro, destructores de la salud de los que viven en esta época degenerada… No puede encontrarse en ningún lugar una causa tan grande de degeneración moral y física como el descuido de este importante asunto. Son culpables ante Dios los que complacen apetito y pasiones y cierran los ojos a la luz por temor de ver excesos pecaminosos que no están dispuestos a abandonar. Todo aquel que se aleja de la luz en una cosa, endurece su corazón para hacer caso omiso de la luz en otros asuntos. Todo aquel que viola las obligaciones morales en el comer y el vestir, prepara el camino para violar las exigencias de Dios en lo que se refiere a intereses eternos. Nuestros cuerpos no nos pertenecen. Dios exige que cuidemos de la morada que nos ha dado, para que podamos presentarle nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable. Testimonies for the Church 3:61-63.*

DEVOCIONAL: CONFLICTO Y VALOR
Elena G. de White

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Devocional

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