24 de febrero 2021 | Devoción Matutina para Adultos 2021 | Aflicciones presentes versus gloria venidera

“Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:18).

Pablo pone en contraste lo presente y lo futuro: Aflicciones de hoy con la gloria de mañana, lo temporal frene a lo eterno. En verdad, es un contraste incontrastable y una comparación incomparable. El apóstol ya había sufrido mucho, y más que le aguardaba, por causa del evangelio hasta su martirio. Igualmente, por experiencia y por revelación él tiene por cierto y asegura que las aflicciones son leves y pasajeras mientras que la gloria es inconmensurable y eterna. Es como si Pablo tuviera en sus manos una antigua balanza de dos platillos, en uno de ellos coloca los sufrimientos presentes y en el otro la gloria eterna.

El sufrimiento es a causa del pecado. Sufrimos de manera directa cuando cosechamos lo que sembramos, o de manera indirecta por la existencia del mal en el mundo. Sufrimos por enfermedad, desengaños, falta de trabajo, falta de recursos, injusticia, frustraciones, soledad, culpa, odio y todo otro dolor del tiempo presente.

Podemos sufrir también por causa del evangelio, al vivir y compartir la fe, al dar testimonio de la verdad y del Señor. Aún en medio de tanto dolor, necesitamos recordar que es temporal y que tiene un límite.

La gloria de Dios es consecuencia de la gracia. Es ilimitada y eterna. Pero ¿no será hasta la eternidad? ¿Podemos tener un anticipo de esa gloria en esta tierra? Es posible algo de gloria presente para contrastar con lo mucho de aflicciones. Si todos nuestros días presentes son de aflicción, comparados con los días interminables de gloria, igual vale la pena. No importa la cantidad y severidad de nuestros sufrimientos presentes, quedan insignificantes al compararlos con la gloria eterna. Pero, además de la esperanza del mañana necesito las fuerzas para hoy.

La gloria que muy pronto será revelada incluye el brillante resplandor del regreso de Cristo. Los justos vivos serán transformados, y los justos que descansan serán resucitados, para recibir la gloria, la vida de Dios para siempre. Los injustos que viven no podrán soportar el resplandor de la gloria de la venida de Jesús. Los justos trasladados al cielo, de regreso a la tierra, compartirán la gloria de Dios por toda la eternidad. Experimentando la paz, el perdón, el consuelo, la esperanza, y en el cumplimiento de la misión viendo los milagros de Dios que transforma vidas, tenemos un anticipo de la gloria venidera.

Romanos 8:1 dice que tenemos que aguardar esa manifestación con deseo ardiente, es decir con la cabeza levantada, seguros, confiados, fieles y comprometidos porque desde su serena eternidad Dios está al control de todas las cosas.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2021



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