23 de febrero 2023 | Devoción Matutina para Adultos 2023 | «No volverá a mí vacía»

«Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo cual la envié» (Isaías 55:11).

Conocí acerca de Nam Yong Han en 2012. En ese tiempo, él era un agricultor coreano de setenta y dos años. ¿Y qué hizo el señor Nam para que su vida saliera del anonimato y se diera a conocer en todos los continentes? En 2003, cuando servía como misionero en Pekín y, tras haber sido arrestado por su fe, Nam profundizó su vida espiritual y se convirtió en un asiduo lector y transcriptor de las Escrituras. Para llevar a cabo esta grandiosa labor, dedicaba a la tarea unas seis horas cada día.
De acuerdo con Nam, la práctica de leer y transcribir la Palabra de Dios todos los días tuvo un impacto muy positivo en su vida, puesto que se definía a sí mismo como un hombre «impetuoso y agresivo»; sin embargo, leer y escribir los escritos sagrados lo guio a reconocer que era un pecador y a sentir que «su corazón se enternecía» y que sus «tendencias agresivas desaparecían». A causa de su experiencia como veterano de Guerra, Nam padecía graves problemas visuales y severos dolores en la muñeca, el brazo y el hombro; no obstante, tras comenzar a leer y transcribir las Escrituras, su salud física mejoró, por lo que decidió aumentar a diez las horas diarias que dedicaba a ese noble y laborioso oficio.
La experiencia de Nam, ¿no te parece que debería llegar a ser la nuestra? ¿Hemos experimentado en nosotros el poder de la Palabra de Dios? La misma Palabra que transformó el carácter del señor Nam, y que le dio sanidad física y espiritual, está al alcance de nuestras manos, al lado de nuestras camas, en los estantes de nuestros hogares.
¿Qué tiempo estamos dedicando al estudio y a la meditación de ese divino libro? Como Jeremías, deberíamos decir: «Fueron halladas tus palabras, y yo las comí. Tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón» (Jeremías 15:16). ¿Captamos la relación del profeta con la Palabra? Jeremías hizo de la Palabra su alimento, su fortaleza, su fuente de gozo.
Tanto el profeta Jeremías como el señor Nam Yong Han son testigos del cumplimiento de esta promesa: «Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo cual la envié» (Isaías 55:11). Si la Palabra de Dios entra en nosotros, nuestro Señor obrará hermosos milagros en nuestra vida.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2023



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