22 de Octubre | La fe por la cual vivo | Elena G. de White | El nuevo pacto en mi sangre

Asimismo también el vaso, después que hubo cenado, diciendo: Este vaso es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. Lucas 22:20.

“Al participar con sus discípulos del pan y del vino, Cristo se comprometió como su Redentor. Les confió el nuevo pacto, por medio del cual todos los que le reciben vienen a ser hijos de Dios, coherederos con Cristo. Por este pacto, venía a ser suya toda bendición que el cielo podía conceder para esta vida y la venidera…. La administración del sacramento había de mantener ante los discípulos el sacrificio infinito hecho por cada uno de ellos individualmente como parte del gran conjunto de la humanidad caída.
“Pero el servicio de la comunión no había de ser una ocasión de tristeza…. Mientras los discípulos del Señor se reúnen alrededor de su mesa, no han de recordar y lamentar sus faltas. No han de espaciarse en su experiencia religiosa pasada, haya sido ésta elevadora o deprimente. No han de recordar las divergencias existentes entre ellos y sus hermanos. El rito preparatorio ha abarcado todo esto. El examen propio, la confesión del pecado, la reconciliación de las divergencias, todo ha sido hecho. Ahora han venido para encontrarse con Cristo. No han de permanecer en la sombra de la cruz, sino en su luz salvadora. Han de abrir el alma a los brillantes rayos del Sol de Justicia. Con corazones purificados por la preciosísima sangre de Cristo, en plena conciencia de su presencia, aunque invisible, han de oír sus palabras: ‘La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da, yo os la doy.’”—El Deseado de Todas las Gentes, 597.

DEVOCIONAL LA FE POR LA CUAL VIVO
Elena G. de White

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