22 de noviembre | Una religión radiante | Elena G. de White | Una prueba de lealtad a Dios

«Si entienden estas cosas y las ponen en práctica, serán dichosos». Juan 13: 17, DHH

Actualmente hay dos clases de personas en el mundo, y solo dos clases serán reconocidas en el juicio: la que viola la ley de Dios y la que la obedecen. Cristo da la prueba mediante la cual se ha de comprobar nuestra lealtad o deslealtad. «Si ustedes me aman», dice él, «obedecerán mis mandamientos. […] ¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él. […] El que no me ama, no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías, sino del Padre, que me envió» «Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor» Quan 14:15-24, NVI); 15: 10, NV1).— Palabras de vida del gran Maestro, cap. 22, p. 227.
La condición para alcanzar la vida eterna es ahora exactamente la misma de siempre, tal como era en el Edén antes de la caída de nuestros primeros padres: la perfecta obediencia a la ley de Dios, la perfecta justicia. Si la vida eterna se concediera con alguna condición inferior a esta, peligraría la dicha de todo el universo, abriéndole para siempre la puerta al pecado con todas sus secuelas de miseria y dolor.— El camino a Cristo, cap. 7, p. 93.
«Pero no basta con oír el mensaje; hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario se estarían engañando ustedes mismos». Santiago 1: 22, DHH

DEVOCIONAL ADVENTISTA
UNA RELIGIÓN RADIANTE
Reflexiones diarias para una vida cristiana feliz
Elena G. de White

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