21 de noviembre 2020 | Devoción Matutina para Adultos 2020 | Jeremías

 

BUENA MEDICINA ES EL CORAZÓN ALEGRE

Lecturas devocionales para Adultos 2020

«¡Maldito el día en que nací! ¡Que no sea bendecido el día en que mi madre me dio a luz!” (Jeremías 20:14).

El profeta Jeremías nació en el seno de una familia levita y desde niño lo prepararon para las tareas sacerdotales. El Señor lo escogió para ser profeta ya antes de su nacimiento y lo llamó a ese ministerio (Jer. 1:5). Jeremías protestó; decía no ser elocuente y aún un muchacho (vers. 6), pero Dios le dio ánimo para que aceptara y cumpliera su misión durante cuarenta años en tiempos de enorme turbulencia para Israel. Jeremías presenció la muerte del rey reformista Josías, abriéndose una etapa de desobediencia e idolatría. A pesar de las serias advertencias divinas, Jerusalén fue atacada y destruida. El templo fue arrasado y el pueblo hecho cautivo y conducido a Babilonia.

Jeremías tuvo una vida de altibajos emocionales sucediéndose los momentos de abatimiento y de gozo. Lo insultaron, lo arrojaron a un pozo de cieno… y hasta su propio compañero, el jefe del templo y sacerdote Pasur, lo hizo azotar, lo puso en un cepo y lo encerró en la cárcel por haber pronunciado un mensaje divino. Precisamente de ese episodio hemos tomado el versículo de hoy. No es de extrañar que Jeremías se muestre desanimado ante tanta injusticia. Cuenta una leyenda que Satanás puso a la venta varias herramientas de probada eficacia en sus tentaciones. Podían verse la mentira, la vanagloria, la envidia, la avaricia, el odio… todas marcadas con su precio. En un lugar destacado había una de precio elevadísimo. El diablo explicó: “Es la herramienta más útil: el desánimo; cuando la aplico, las demás herramientas funcionan mucho mejor”.

A juzgar por sus escritos, el profeta Jeremías fue probado repetidamente con el desánimo y el desaliento. Pero la presencia de Dios en su vida era una herramienta infinitamente superior a las estratagemas del enemigo. Los escritos de Jeremías están repletos de promesas seguras y mensajes esperanza- dores. Memorízalas o escríbelas en tarjetas para llevarlas en el bolsillo y leerlas en momentos difíciles: “Tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón” (Jer. 15:16); “El hombre que confía en Jehová (…) será como el árbol plantado junto a las aguas” (17:7,8); “Sáname, Jehová, y quedaré sano” (17:14); “Mas Jehová está conmigo como un poderoso gigante” (20:11); “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis” (29:11); “Cambiaré su llanto en gozo” (31:13); “El Señor no se complace en afligir o entristecer a los hijos de los hombres” (Lam. 3:33); “Con amor eterno te he amado por eso, te prolongué mi misericordia” (Jer. 31:3).

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2020



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