20 de septiembre | Exaltad a Jesús | Elena G. de White | Cristo nos promete reposo

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28.

Jesús invita a los cansados y abatidos hijos e hijas de Adán para que vengan a él y coloquen sobre él sus pesadas cargas. Pero muchos que oyen esta invitación, si bien suspiran por hallar descanso, insisten en seguir por senderos escabrosos, estrechando sus cargas junto a su corazón. Jesús los ama, y anhela llevar sus cargas, así como a ellos mismos, en sus fuertes brazos. Desea quitar los temores e incertidumbres que les roban la paz y el reposo; pero antes, ellos deben ir a él, y contarle los dolorosos secretos de su corazón. Cristo invita a su pueblo a que le tengan confianza, como prueba de su amor por él. La entrega del corazón humilde y confiado es más preciosa para él que toda la riqueza que el mundo puede dar. Si tan sólo quisieran allegarse a él con la sencillez y confianza que un niño siente al acercarse a sus padres, el divino toque de sus manos los aliviaría de sus cargas.
Jesús, nuestro compasivo Salvador, es el camino, la verdad y la vida. ¿Por qué no habríamos de aceptar su graciosa misericordia, creer sus palabras y promesas, facilitando de este modo nuestra vida?… Los caminos de Cristo son placenteros, y todos sus senderos son paz. Si hemos encaminado nuestros pies por senderos escabrosos, y si en nuestro empeño de hacernos tesoros en este mundo nos hemos recargado de pesadas responsabilidades, cambiemos ahora mismo, y sigamos el camino que Jesús ha preparado para nosotros.
No siempre estamos listos para venir a Jesús con nuestras pruebas y dificultades. A veces relatamos libremente nuestros problemas, confiándolos a oídos humanos, y compartimos nuestras aflicciones con los que no pueden ayudarnos, mientras que descuidamos el confiarle todo a Jesús, quien puede cambiar la tristeza en gozo y paz… Oh, si todos, pastores y el pueblo, llevaran sus cargas y perplejidades a Jesús, el cual espera para recibirlos, y darles paz y descanso.—The Signs of the Times, 17 de marzo de 1887.
La lucha para renunciar a vuestra propia voluntad y a vuestros propios caminos, es terriblemente difícil. Pero una vez que se ha aprendido esa lección, encontraréis descanso y paz. El orgullo, el egoísmo y la ambición deben ser vencidos; vuestra voluntad debe ser absorbida por la voluntad de Cristo. Toda la vida puede llegar a convertirse en un constante sacrificio de amor, cada acción en una manifestación de amor y cada palabra en una expresión de amor. Así como la vida de la vid circula por el tallo y los racimos, desciende hasta las fibras más bajas y llega hasta las hojas más altas, así también la gracia y el amor de Cristo arderán y abundarán en el alma, enviando sus virtudes a cada parte del ser, e impregnarán cada acción del cuerpo y de la mente.—Comentario Bíblico Adventista 5:1067.

DEVOCIONAL EXALTAD A JESÚS
Elena G. de White

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