20 de septiembre 2020 | Devoción Matutina para Adolescentes 2020 | Alexander Pope

“Estar enojado es vengar las faltas de los demás en nosotros mismos”.

UNA IDEA GENIAL PARA CADA DÍA

Lecturas Devocionales para Adolescentes 2020

 

«Nunca digas: ‘¡Me vengaré de ese daño!’ Confía en el Señor, y él actuará por ti» (Prov. 20:22).

 

La mujer se acercó al rey con el temperamento exaltado. Demandaba justicia. Eso era parte del trabajo del rey, como lo había sido desde los días de Salomón. Él debía escuchar los casos e impartir sentencias. Así que el rey Ibn Saud, de Arabia Saudita, escuchó la historia.

Un hombre había estado trepando palmeras para recoger dátiles cuando se resbaló y cayó sobre el esposo de la mujer. Mientras que el primer hombre sobrevivió al impacto, su esposo no.

-¿Se cayó a propósito?-preguntó Ibn Saud- ¿Eran enemigos los hombres? -No conozco al hombre-dijo ella-. Todo lo que sé es que me deben la vida del hombre del que ahora soy viuda.

-¿Quiere el precio de la sangre en dinero? -preguntó el rey.

-No -respondió ella- Quiero la cabeza del hombre que me dejó viuda. -Con toda seguridad, a usted y a sus hijos les sería más útil el dinero que la muerte de este hombre -dijo el rey.

Pero el enojo de la mujer superaba todo razonamiento. Ella quería «sangre por sangre».

Entonces, el rey Ibn Saud dictaminó la sentencia.

-Usted tiene derecho a una compensación igual-concluyó- Y también tiene derecho a pedir la vida de este hombre. Pero es mi derecho decretar cómo morirá, y será así: Usted se llevará a este hombre inmediatamente, y él será atado al pie de una palmera. Usted trepará a lo más alto de la palmera y se tirará sobre él desde esa altura. De ese modo, usted acabará con la vida de este hombre de la misma manera en que él acabó con la vida de su esposo.

El rey hizo una pausa.

-O quizá -continuó-, ¿preferiría llevarse el dinero?

La historia dice que la viuda decidió llevarse el dinero.

Todos somos heridos por otros. A veces, intencionalmente; y a veces, no. Sin embargo, aferrarnos al enojo es, en realidad, como tratar de herir a alguien cayéndole encima. Es muy probable que te sientas peor. Practica el perdón, y lo único que caerá es tu presión arterial. Kim

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES 2020



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