20 de octubre 2020 | Devoción Matutina para Adultos 2020 | Código de honor

BUENA MEDICINA ES EL CORAZÓN ALEGRE

Lecturas devocionales para Adultos 2020

 

‘‘Soportaos unos a otros y perdonaos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros” (Colosenses 3:13).

Charlie Brown fue un piloto estadounidense que, en 1943, partió desde Inglaterra con la misión de bombardear una fábrica de aviones en Bramen (Alemania). Antes de cumplir su misión, su bombardero B-17 fue interceptado por aviones de caza alemanes que dañaron los sistemas eléctricos, de oxígeno, hidráulicos, casi todas las ametralladoras y tres de los cuatro motores de la aeronave. También la tripulación fue severamente dañada, por lo que, a duras penas, lograron mantenerse en vuelo para regresar a Inglaterra. Desde tierra, el bombardero fue divisado por un aeroplano enemigo que se preparó para derribarlo. Sin embargo, de manera extraña, el piloto alemán desistió de su objetivo y, en su lugar, lo escoltó hasta el mar del Norte, dejándolo marchar. Este incidente quedó grabado en la memoria de Charlie, quien trató de localizar a su benefactor cuarenta años después de la guerra. “Estoy buscando el hombre que salvó mi vida el 20 de diciembre de 1943”, escribió en una publicación de pilotos de combate. Finalmente, en 1990 lo encontró. “Fue como encontrarse con un hermano”, fueron las conmovedoras palabras de Charlie Brown. Franz Stiegler era ese hermano que, al momento del incidente, ostentaba veintidós victorias y postulaba a la nominación de la Cruz del Caballero, si hubiese obtenido solo una victoria más. Pero “no había ningún honor en derribar aquella aeronave sin defensas y con la tripulación malherida —señaló—. Para sobrevivir moralmente a una guerra se debía combatir con honor y humanidad”. Ese era el código de honor que había aprendido bajo el mando del teniente Gustav Rödel, según narran Adam Makos y Larry Alexander en el libro A Higher Cali [Un llamamiento superior)].

En otras palabras, la influencia de Rödel inspiró a Franz para perdonar la vida a su vulnerado enemigo. Aquel código de honor no solo protegió la vida al adversario herido, sino que les permitió, posteriormente, desarrollar una amistad que sobrevivió a la guerra.

Del mismo modo, el comandante de las huestes celestiales nos hace un llamamiento superior: “Perdonaos unos a otros”. No hay honor en condenar a un pecador debilitado. No es digno derribar a quien busca sobrevivir a los estragos del error. La influencia de Cristo salvará vidas si ponemos en práctica su código basado en el amor. Podrás encontrar un hermano en tu enemigo, alguien agradecido por tu gesto benefactor. “De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros” es lo que nos pide en el día de hoy.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2020



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