Ante los grandes hombres de la Tierra, 2 de septiembre
Y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. Mateo 10:18.
No está lejos el tiempo cuando se llevará al pueblo de Dios a dar su testimonio ante los gobernadores del mundo. No hay uno en
veinte que comprenda con cuánta rapidez nos acercamos a la gran crisis de nuestra historia… No hay tiempo para la vanidad, para la
frivolidad, para ocupar la mente en cosas sin importancia…
Los reyes, los gobernadores y los grandes hombres oirán de vosotros a través de los informes de aquellos que estén enemistados
con vosotros, y vuestra fe y carácter serán desfigurados delante de ellos. Pero los que sean acusados falsamente tendrán la oportunidad
de comparecer delante de sus acusadores para responder por sí mismos. Tendrán el privilegio de llevar la luz delante de los que son
llamados grandes de la Tierra, y si habéis estudiado la Biblia, y si estáis listos para dar respuesta a cada persona que pregunte acerca
de la esperanza que hay en vosotros, con humildad y temor, vuestros enemigos no serán capaces de contradecir vuestra sabiduría.
Ahora tenéis la oportunidad de alcanzar el mayor poder intelectual a través del estudio de la Palabra de Dios. Pero si sois
indolentes, y dejáis de cavar profundamente en las minas de la verdad, no estaréis preparados para la crisis que pronto os sobrevendrá.
¡Ojalá que comprendierais que cada momento es de oro! Si vivís de cada palabra que procede de la boca de Dios, no seréis
encontrados desprevenidos.—The Review and Herald, 26 de abril de 1892.
No sabéis adónde seréis llamados a dar vuestro testimonio en favor de la verdad. Muchos deberán comparecer ante asambleas
legislativas; algunos tendrán que presentarse ante reyes y ante los sabios de la Tierra, para dar razón de su fe. Los que solo tienen un [262]
conocimiento superficial de la verdad no estarán capacitados para exponer claramente las Escrituras, y dar razones definidas respecto
de su fe. Se confundirán y no serán obreros que no tienen de qué avergonzarse. Nadie se imagine que no necesita estudiar porque no
debe predicar en el púlpito. No sabéis lo que Dios puede requerir de vosotros.—Fundamentals of Christian Education, 217.

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Devocional

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