2 de marzo 2021 | Devoción Matutina para Adultos 2021 | ¿Dios me odia…?

“Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí»’ (Romanos 9:13).

¿FUE REALMENTE ASÍ? ¿Puede Dios amar a uno y aborrecer a otro? ¿Dónde quedan su justicia y su misericordia? “Aborrecer” se define como despreciar, detestar, odiar, abominar, reprobar, condenar. Es decir, ¿Dios ama a uno y desprecia, detesta, odia, reprueba, condena al otro? ¿Será posible…?

Hemos de tener en cuenta que la expresión bíblica de ninguna manera significa odio, sino elección. Por ejemplo, Jesús dice que para seguirlo había que aborrecer padre y madre, y aun la propia vida. Esto no significaba odiar a los padres o a uno mismo, sino seguirlo a él antes de todo ver (Luc. 14:26; cf. Mat. 10:37). Ahora bien, igual seguimos un problema, porque Dios elige a uno y no a otro, ¿verdad?

Entonces, hay que expresar que el texto no se está refiriendo a personas, sino a líderes y a cabezas de dos grupos. Pablo explica la razón por la cual Dios eligió a Jacob y rechazó a Esaú, así como a los dos pueblos que de ellos descendieron: Israel y Edom.

Cuando Dios eligió a Israel como su pueblo, no lo hizo en virtud del odio al otro, sino a fin de usarlo como canal de bendiciones para los demás pueblos. La elección no hace injusto a Dios, puesto que tiene un propósito: extender la bendición a todos.

Nadie queda al margen de las oportunidades de salvación, pero Dios escoge los instrumentos para hacerlo. Antes fue Israel, mientras cumplió su propósito. Hoy, es la iglesia la que tiene que cumplir el objetivo. No obstante, Éxodo 9:12 dice que fue Dios quien “endureció” el corazón del faraón, y lo repite varias veces en los dos capítulos siguientes.

¿Qué culpa tenía entonces el faraón?

Aquí debemos recordar que en la Biblia a Dios se atribuye lo que él hace, así como también lo que él permite. Es decir, él “produce” lo que no impide.

El corazón de una persona se endurece porque elige rechazar las oportunidades recibidas por la obra del Espíritu Santo. En cada oportunidad de salvación rechazada se endurece aún más el corazón, y esto lo hace responsable de su elección.

El surgimiento de las naciones, su desarrollo y su caída, parecen muchas veces depender de su propia voluntad, esfuerzos, ambición o caprichos, pero “en la Palabra de Dios se descorre el velo, y contemplamos detrás, encima y entre la trama y la urdimbre de los intereses, las pasiones y el poder de los hombres, los agentes del Ser misericordioso, que ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la voluntad de Dios” (La educación, p. 157)

Hoy ten la seguridad de que puedes sentirte amado, elegido por Dios, confiado y fuerte para encarar el día, porque Aquel que tiene el universo en sus manos, puede tener también tu vida.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2021



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