2 de julio 2022 | Devoción Matutina para Adultos 2022 | El «poema» de Dios

«Nosotros somos hechura suya; hemos sido creados en Cristo Jesús para realizar buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que vivamos de acuerdo con ellas». Efesios 2:10. RVC

EL DÍA DE LA ENTREVISTA DE TRABAJO se acercaba, y la mente de Jeannie era un torbellino de pensamientos negativos: «No creo que yo tenga las cualidades requeridas», pensaba. «Seguramente hay otras personas mejor calificadas solicitando ese mismo trabajo».
Ese patrón negativo era, al menos en parte, el resultado de fracasos previos. Justo semanas antes, Jeannie había asistido a entrevistas similares sin éxito. ¿Qué hacer para romper esa tendencia destructiva? A medida que se acercaba la fecha de la entrevista, su negativismo aumentaba.
Entonces Jeannie recordó un sermón del pastor de su iglesia acerca de la importancia de cambiar pensamientos negativos por positivos. Específicamente, el pastor había dicho que para cambiar el patrón de pensamientos destructivos, primero hemos de darnos cuenta de lo que somos en Cristo.
Jeannie, entonces, decidió orar. Le pidió a Dios que la ayudara a romper el hábito de ver solo el lado negativo de las cosas. Luego tomó su Biblia y leyó justamente nuestro versículo para hoy: «Nosotros somos hechura suya» (Efe. 2: 10, RVC).
«Hechura suya». De inmediato la cadena de negativismo se rompió. «Si he sido creada por Dios —razonó Jeannie—, entonces debo tener mucho valor». A su mente fluyeron motivos de agradecimiento a Dios: por su hermosa familia, su casa, sus talentos, su iglesia. Lo demás «vino por añadidura». Salió bien en la entrevista y consiguió el trabajo. Tiempo después supo de una vacante para trabajar como profesora en un colegio cristiano —su sueño de toda la vida—, hizo la solicitud, ¡y logró el puesto!
¿Qué produjo el cambio? El proceso comenzó cuando Jeannie oró pidiendo a Dios ayuda para romper el patrón de pensamientos negativos; y continuó cuando leyó en la Palabra que «somos hechura suya». Por cierto, la palabra que aquí se traduce como «hechura» en griego es poiema (hechura, obra, artesanía), de la cual se deriva «poema». Lo que Jeannie leyó ese día, después de orar, es que somos nada menos que «la obra maestra de Dios» (Efe. 2: 10, NTV), su poema, la corona de su creación. ¿Se puede pedir más?
Si alguna vez acariciaste la idea de que tienes poco valor, recuerda que Dios al crearte puso en marcha lo mejor de su creatividad. Por eso no me sorprendería saber que, cuando él te ve, dice algo así como: «Ahí va mi obra maestra».

Gracias, Divino Escultor, porque soy la obra maestra de tu creación.
¡Ayúdame, Señor, a vivir a la altura de mi noble origen!

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2022



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