2 de diciembre | La fe por la cual vivo | Elena G. de White | Los clamores de paz

Que cuando dirán, paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción de repente, como los dolores a la mujer preñada; y no escaparán. 1 Tesalonicenses 5:3.

“El mal siervo dice en su corazón: ‘Mi señor se tarda en venir.’ No dice que Cristo no vendrá. No se burla de la idea de su segunda venida. Pero en su corazón y por sus acciones y palabras, declara que la venida de su Señor tarda. Destierra del ánimo ajeno la convicción de que el Señor va a venir prestamente. Su influencia induce a los hombres a una demora presuntuosa y negligente. Los confirma en su mundanalidad y estupor. Las pasiones terrenales, los pensamientos corruptos, se posesionan de su mente. El mal siervo come y bebe con los borrachos, uniéndose con el mundo en la búsqueda de placeres…. El advenimiento de Cristo sorprenderá a los falsos maestros. Están diciendo: ‘Paz y seguridad.’ Como los sacerdotes y maestros antes de la caída de Jerusalén, esperan que la iglesia disfrute de terrenal prosperidad y gloria. Interpretan las señales de los tiempos como indicios de esto…. Los hombres están postergando la venida del Señor. Se burlan de las amonestaciones. Orgullosamente se jactan diciendo: ‘Todas las cosas permanecen así como desde el principio.’ … En el mismo tiempo en que el mundo pregunta con desprecio: ‘¿Dónde está la promesa de su advenimiento?’ se están cumpliendo las señales. Mientras claman ‘Paz y seguridad,’ se acerca la destrucción repentina…. Mientras el escarnecedor, el que rechaza la verdad, se ha vuelto presuntuoso; mientras la rutina del trabajo de las diversas formas de ganar dinero se lleva a cabo… Cristo viene como ladrón.”—El Deseado de Todas las Gentes, 573, 574.

 

DEVOCIONAL ADVENTISTA

LA FE POR LA CUAL VIVO

Elena G. de White

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