19 de noviembre | Hijos e Hijas de Dios | Elena G. de White | Adiós a las cosas de niño

«Ahora, en efecto, nuestro saber es limitado, […] mas cuando venga lo completo, desaparecerá lo que es limitado. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; al hacerme adulto, dije adiós a las cosas de niño». 1 Corintios 13: 9-11, LPH

NO PODEMOS SEGUIR SIEMPRE siendo como niños en nuestro conocimiento y experiencia espiritual. No debemos expresamos siempre en el lenguaje del que acaba de recibir a Cristo, sino que nuestras oraciones, y en todo, debería ponerse de manifiesto un crecimiento en comprensión del evangelio a medida que aumenta nuestra experiencia.
No es bueno que un niño de diez años actúe ni hable como uno de seis; y nos resulta chocante oír expresiones infantiles de boca de un adulto. Cuando una persona llega a cierta edad, esperamos de ella una inteligencia acorde a sus años y experiencia. […]
Si se espera una manifestación de crecimiento intelectual en el niño, a medida que avanza en años, ¿no hemos de esperar también que el cristiano crezca en gracia y mejore en conducta? Todo el que haya tenido varios años de experiencia en la vida cristiana, no debería hablar ni actuar como un bebé en Cristo. […]
El Señor nos ha dado muchas ventajas y oportunidades. Así que, cuando llegue el último gran día, y veamos lo que deberíamos haber alcanzado si hubiéramos aprovechado las bendiciones que el cielo nos concedió, cuando veamos cómo debimos haber crecido en gracia, y consideremos todo ello como Dios lo considera, cuando nos demos cuenta de lo que hemos perdido al no crecer hasta llegar a la estatura de hombres y mujeres en Cristo, desearemos haber sido más consagrados y más perseverantes «para conseguir el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Fil. 3: 14, RV77).— The Youth’s Instructor, 28 de junio de 1894.
El Señor no quiere que seamos siempre principiantes. Necesita en su obra todo lo que podamos obtener aquí para lograr conocimiento intelectual y claridad mental. Él espera que vayamos ascendiendo hasta el final de la escala en nuestro avance hacia el reino de Dios.— The Youth’s Instructor, 10 de mayo de 1900.

DEVOCIONAL ADVENTISTA
HIJOS E HIJAS DE DIOS
Elena G. de White

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