19 de diciembre 2020 | Devoción Matutina para Damas 2020 | Una de las mayores bendiciones de la vida

 

UN DÍA A LA VEZ

Lecturas Devocionales para Mujeres 2020

 

«Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye» (1 Juan 5:14, NVI).

 

Eduardo iba a viajar desde la provincia de Guanacaste a la de San José, en Costa Rica, donde se encontraría con su madre Liliana y con su abuela Emilce. El viaje estaba programado, pero las horas pasaban y Eduardo no llegaba. Emilce llamó a su hija para expresarle su preocupación:

—¿Por qué está tardando tanto Eduardo? ¡Qué extraño que no haya avisado de que llegaría tarde! Vamos a orar en este mismo momento por él.

Ambas mujeres, cada una desde su casa, se arrodillaron para pedir al Señor que protegiera a Eduardo y le permitiera llegar con bien. A las diez de la mañana del día siguiente, Liliana recibió una llamada telefónica:

—Mami, no quiero que se preocupe, estoy bien. Tuve un accidente. Un camión golpeó mi automóvil por detrás y yo perdí el control del vehículo, que fue a estrellarse contra un autobús. Mi auto está irreconocible, pero yo me encuentro bien. Los paramédicos me observaron y me han puesto un cuello ortopédico.

¿Cómo es posible que, tras ser impactado por un camión para luego estrellarse contra un autobús apenas tuviera un problemita en el cuello? Después de ver las fotografías de su automóvil totalmente destrozado, no pudieron más que pensar que la oración de una madre tiene tremendo poder.

Liliana continúa orando por su hijo Eduardo, para que vuelva a la iglesia. Confía plenamente en que Dios hará otro milagro más en la vida de él, porque reconoce el poder de la oración intercesora descrito por Elena de White: «Es imposible evaluar el poder que ejerce la influencia de una madre que ora. Ella reconoce a Dios en todos sus caminos. Lleva a sus hijos ante el trono de gracia y presentándolos a Jesús le suplica que los bendiga. La influencia de esos ruegos es para aquellos hijos una ‘fuente de vida’. Esas oraciones, ofrecidas con fe, son el apoyo y la fuerza de la madre cristiana. Descuidar el deber de orar con nuestros hijos es perder una de las mayores bendiciones que están a nuestro alcance, uno de los mayores auxilios que podamos obtener en medio de las perplejidades, los afanes y las cargas de nuestra vida» (El hogar cristiano, pp. 228,229 ).

Querida amiga, si eres una madre que ora y reconoce a Dios en todos sus caminos tienes en tu mano una de las mayores bendiciones de la vida.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020



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