18 de octubre 2021 | Devoción Matutina para Adultos 2021 | Decrépito o vigoroso

“No reprendas al anciano, sino exhórtalo como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos” (1 Timoteo 5:1).

SI HAY UN CAPÍTULO práctico, ese es 1 Timoteo 5, donde el apóstol da estos consejos:
• Los ancianos deben ser tratados como padres respetables, y las ancianas como madres; los jóvenes como hermanos, y las jóvenes como hermanas (vers. 1, 2).
• Las viudas piadosas y sin hijos, deben ser sostenidas; no las que tienen familia (vers. 3-16)
• Los líderes, ancianos y presbíteros, son doblemente dignos de honor y jamás deben ser acusados injustamente; pues tienen que ser puros e imparciales, habiendo sido puestos a prueba antes de ser ordenados (vers. 17-22).
El versículo 23 resulta intrigante: “No continúes bebiendo solo agua; usa un poco de vino, a causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades».
Algunos argumentan que Pablo aquí autoriza el uso moderado del vino fermentado con propósitos medicinales. Presentan el hecho de que el vino se ha utilizado con ese fin por siglos. Otros sostienen que Pablo se refiere al jugo de uva sin fermentar. La verdad es que el apóstol Pablo no podía ser incoherente con el resto de las Escrituras, que advierten contra el consumo de bebidas intoxicantes (Prov. 20:1; 23: 29-32). El mismo Pablo dice que debemos cuidar nuestro cuerpo como templo del Espíritu Santo (1 Cor. 3:16; 2 Cor. 6:16) y que todo lo que hagamos, incluso en comida y bebida, debe ser hecho para la gloria de Dios (1 Cor. 10:31)
El propósito del consejo de Pablo es que Timoteo estuviera físicamente apto para las pesadas tareas que reposaban sobre él como administrador de las iglesias de Asia Menor.
La claridad mental y la moral están estrechamente relacionadas con la aptitud física. Quién sirve a Dios, necesita mantener un cuerpo sano, pues una vida con salud es un excelente testimonio.
“La fuerza es un talento, y debe emplearse para glorificar a Dios.
Nuestros cuerpos le pertenecen. El pagó el precio de la redención por el cuerpo tanto como por el alma. […] Podemos servir a Dios mejor con el vigor de la salud que con la decrepitud de la enfermedad; por lo tanto, debemos colaborar con Dios en el cuidado de nuestros cuerpos” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 121).

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2021



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