18 de julio 2021 | Devoción Matutina para Adultos 2021 | Rico pero deudor

“Procurando mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz: un solo cuerpo y un solo Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación” (Efesios 4:3, 4).

Todos los escritos de Pablo presentan equilibradamente la relación entre la doctrina y el deber.

• Efesios caps. 1-3: la doctrina, ilustrada como las riquezas de Cristo,
• Efesios caps. 4-6: nuestro deber de “andar en…”.

La gente suele considerar ricos a quienes disponen de grandes recursos y bienes, aunque existen los verdaderamente ricos… en afecto, salud, amistad e integridad.
Emilio Mira y López define a los “cuatro gigantes del alma” como las emociones básicas que gobiernan la vida y que, a modo de cuatro puntos cardinales, nos orientan y propulsan:

1. el gigante negro del miedo,
2. el rojo de la ira,
3. el blanco del amor,
4. el incoloro del debe

El último es así porque se viste del color del que ejerce primacía, ya sea del miedo, ira o amor.
El amor es el que produce el cumplimiento del deber. Sin amor todo es una pesada y vil tarea, con amor, el fiel cumplimiento del deber enaltece y bendice tanto al que lo ofrece como al que lo recibe. Si determinada riqueza te permite tener algo, es tu deber beneficiarte con el uso de ello. ¿De qué sirve tener y no usar o usar mal?
Cuanto más conocemos la doctrina más ricos somos, y mejores condiciones tendremos de vivirlas y cumplir el deber. Pero esto no es algo automático, por eso el mundo está lleno de conocedores y vacío de practicantes. Si aceptamos el llamado de Cristo de ser parte de su cuerpo (cap. 1), entonces cumplamos el deber de “andar” como es digno del llamamiento, viviendo la unidad del cuerpo de Cristo (cap. 4). Si Cristo nos resucitó de la muerte en nuestros pecados (cap. 2), no sigamos envueltos en lienzos mortuorios: despojémonos y vivamos con túnicas de pureza (cap. 4). Si somos ricos por ser reconciliados (cap. 2) no vivamos como distanciados.
Cumplamos nuestro deber de andar en armonía y comunión (cap. 5). Si Cristo venció a Satanás (cap. 3) tenemos el deber en Cristo de nosotros vencerlo también (cap. 6).
“Satanás tiembla y huye delante del alma más débil que busca refugio en el poderoso nombre de Jesús” (El Deseado de todas las gentes, p. 104). Los “ricos en Cristo” cumplen el “deber de andar como Cristo

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2021



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