17 de diciembre | Una religión radiante | Elena G. de White | La alegría de conocerlo en persona

«Me mostraste el camino de la vida, y me llenarás de alegría con tu presencia». Hechos 2: 28, DHH

CONSIDEREMOS POR UN INSTANTE el puro y sublime estado de perfección que reina siempre en el cielo, donde todos los seres celestiales rebosan de amor, donde todo rostro resplandece de gozo, donde se elevan melodiosos acentos de música arrobadora en honor de Dios y del Cordero, y los incesantes raudales de luz fluyen sobre los santos desde el rostro de Aquel que se sienta sobre el trono y del Cordero. Hemos de saber que hay un gozo superior aún que experimentar,» porque cuanto más reciban del gozo de Dios, tanto mayor será la capacidad de los justos para disfrutar la dicha eterna; de modo que podrán continuar recibiendo nuevas y mayores provisiones de las incesantes fuentes de gloria y felicidad que no se pueden expresar con palabras.— Testimonios para ¡a iglesia, t. 2, pp. 240-241.

El cielo es un lugar donde todo es agradable. Yo anhelo estar allí y contemplar a mi hermoso Jesús.— Primeros escritos, cap’. 4, p. 62.

«Ahora vemos por espejo, oscuramente; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como fui conocido». 1 Corintios 13: 12

«El ángel me mostró un río limpio, de agua de vida. Era claro como el cristal, y salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle principal de la ciudad y a cada lado del río, crecía el árbol de la vida, que da fruto cada mes [.. .]; y las hojas del árbol sirven para sanar a las naciones. Ya no habrá allí nada puesto bajo maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y sus siervos lo adorarán. Lo verán cara a cara, y llevarán su nombre en la frente». Apocalipsis 22: 1-4, DHH

DEVOCIONAL ADVENTISTA

UNA RELIGIÓN RADIANTE

Reflexiones diarias para una vida cristiana feliz

Elena G. de White

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