16 de noviembre 2020 | Devoción Matutina para Jóvenes 2020 | Autoridad moral

 

UNA NUEVA VERSIÓN DE TI

Lecturas devocionales para Jóvenes 2020

 

“Vale más la buena fama que las muchas riquezas, y más que oro y plata, la buena reputación» (Proverbios 22:1, CST).

Nelson Rolihlahla Mándela nació en Mvezo (Unión Sudafricana, hoy Sudáfrica) el 18 de julio de 1918 en el seno de una familia de devotos cristianos. Desde muy pequeño le tocó padecer la brutalidad del apartheid, es decir, la segregación racial por parte de la minoría blanca. La educación en colegios cristianos, el fuerte apego hacia dicha fe y su formación como abogado le dieron el fundamento a su futura lucha a favor de la igualdad sin distinción de razas y en contra del colonialismo que ejercía el Imperio británico en su tierra. El activismo de Mándela lo convirtió en objetivo de todo tipo de ataques, hasta que en 1962 fue arrestado y acusado de conspiración para derrocar al gobierno, por lo que fue sentenciado a prisión de por vida. Nelson Mándela pasó veintisiete años en prisión a causa de sus ideas. Finalmente, las numerosas campañas internacionales a favor de su liberación dieron resultado y fue excarcelado en 1990. El mundo puso sus ojos en él. Asfixiado por el peso de su autoridad moral, el gobierno de Frederik de Klerk le abrió la puerta para negociar la abolición del apartheid y el establecimiento de elecciones generales, en las que Mándela fue elegido presidente de Sudáfrica (1994-1999). A lo largo de su vida recibió 250 galardones y menciones honoríficas, entre ellas el Premio Nobel de la Paz en 1993. Mándela murió el 5 de diciembre de 2013. En Sudáfrica y en todo el mundo su nombre es motivo de enorme respeto. En su país se conoce como el «padre de la nación sudafricana”.

Existen diversas formas de acceder al poder. Por supuesto, no todas ellas son muy virtuosas. Por ejemplo, hay quienes llegan a él por simple cuestión genética; otros se valen de todo tipo de patrañas, intrigas y arbitrariedades para obtener una de estas responsabilidades. Pero estos métodos no brindan el peso de la autoridad moral. Eso se adquiere a través de otros medios, como dice Elena de White: «Siglo tras siglo hubo hombres de principios e integridad, de gran inteligencia y de fuerza moral, que tuvieron valor para confesar sus convicciones y fe suficiente para sufrir por la verdad, siglo tras siglo estos hombres penaron como esclavos en las galeras, y perecieron en la hoguera o los dejaron que se pudrieran en tenebrosas e inmundas mazmorras» (El conflicto de los siglos, p. 280).

Poder salir a la calle con la frente en alto y gozar del respeto de los demás es mucho más valioso que el dinero y el poder.

Pide hoy al Señor que te ayude a ser una persona con autoridad moral.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2020



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