15 de junio | Devocional: Una religión radiante | Disfrutemos juntos
«Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran». Romanos 12: 15, NVT
DIOS NOS HA HECHO de tal manera que aun los más fuertes desean afecto y comprenión.— Obreros evangélicos, «El subpastor: “Apacienta mis corderos”», p. 222.
Los seres humanos no pueden amar a Dios sobre todas las cosas, y a su prójimo como a sí mismos, y al mismo tiempo ser fríos como el hielo. No solo privan a Dios del amor que se merece, sino que al mismo tiempo privan a sus semejantes de ese amor. El amor es una planta de crecimiento celestial, y se debe cultivar y alimentar. Los corazones afectuosos y las palabras de sincera afabilidad harán felices a las familias y ejercerán una influencia elevadora sobre todos los que entran en contacto con su ámbito de influencia.— Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 540.
El ejemplo admirable de Cristo y la incomparable ternura con que empatizaba con los demás, llorando con los que lloraban, regocijándose con los que se regocijaban,- debe modelar el carácter de sus sinceros seguidores. Los discípulos de Jesús tratarán de allanar el camino para los pies cansados con palabras y actos bondadosos. […]
En derredor nuestro hay almas afligidas. En cualquier parte podemos encontrarlas. Busquémoslas y digámosles una palabra oportuna que las consuele. Seamos siempre canales por donde fluyan las renovadoras aguas de la compasión.— El ministerio de curación, cap. 9, p. 95.
«Así nos lo ha mandado el Señor: “Te he puesto por luz para las naciones a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra”».
Hechos 13: 47, NVI
MI RELEXIÓN PERSONAL
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UNA RELIGIÓN RADIANTE
Reflexiones diarias para una vida cristana feliz
Elena G. de White
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