14 de Octubre | La fe por la cual vivo | Elena G. de White | Una voz profética en nuestro tiempo

Y será que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros viejos soñarán sueños, y vuestros mancebos verán visiones. Joel 2:28.

“En su palabra, Dios ha dado a los hombres el conocimiento necesario para la salvación. Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como dotadas de autoridad absoluta y como revelación infalible de su voluntad. Constituyen la regla del carácter, nos revelan doctrinas, y son la piedra de toque de la experiencia religiosa….
“La circunstancia de haber revelado Dios su voluntad a los hombres por su Palabra, no ha dejado por eso sin valor para ellos la continua presencia y dirección del Espíritu Santo…. Durante las épocas en que las Escrituras tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento eran entregadas a la circulación, el Espíritu Santo no dejó de comunicar luz a individualidades aisladas, amén de las
revelaciones que debían ser incorporadas en el Sagrado Canon….
También habla de profetas que han vivido en diferentes épocas, pero sin hacer mención alguna de sus declaraciones. Del mismo modo, cerrado ya el Canon de las Escrituras, el Espíritu Santo debía llevar adelante su obra de esclarecimiento, de amonestación y consuelo en bien de los hijos de los hombres.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 11.
“Dios ha prometido dar visiones en los últimos días; no para presentar una nueva regla de fe sino para alentar a su pueblo y corregir a los que se alejan de la verdad bíblica.”—Early Writings, 78.
“Al haberme descubierto el Espíritu de Dios las grandes verdades de su Palabra, y las escenas del pasado y de lo por venir, se me ha mandado que dé a conocer a otros lo que me ha sido así revelado.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 14.

DEVOCIONAL LA FE POR LA CUAL VIVO
Elena G. de White

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