14 de abril | Devocional: Nuestra Elevada Vocación | Mentes confundidas

Mirad que ninguno os engañe por filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo. Colosenses 2:8.

Satanás a menudo encuentra una poderosa agencia para el mal en el poder que una mente humana es capaz de ejercer sobre otra mente humana. Esta influencia es tan engañadora, que una persona que está siendo moldeada por ella a menudo es inconsciente de su poder. Dios me ha pedido que dé una advertencia contra este mal, para que sus siervos no caigan bajo el poder engañador de Satanás. El enemigo es un obrero maestro, y si el pueblo de Dios no es constantemente guiado por el Espíritu de Dios, será entrampado y aprisionado.
Durante miles de años, Satanás ha estado experimentando con las propiedades de la mente humana, y ha aprendido a conocerla bien. Mediante sus maniobras sutiles, en estos últimos días, está uniendo la mente humana con la suya propia, e imbuyéndola con sus pensamientos; y está haciendo esta obra de una manera tan engañadora, que aquellos que aceptan su dirección no se dan cuenta de que están siendo guiados por su voluntad. El gran engañador espera confundir tanto las mentes de los hombres y las mujeres, que éstos no oigan ninguna voz fuera de la suya.—Carta 244, 1907, pp. 2.
El Evangelio de Cristo debe ser puesto en nuestra experiencia diaria. La mente debe estar en una condición tal, que aprecie los derechos divinos manifestados en el Evangelio. Debe ser controlada y disciplinada, para adquirir hábitos de control propio y de obediencia. …
Las enseñanzas de los oráculos destruyen “consejos, y toda altura que se levanta contra la ciencia de Dios, cautivando todo intento a la obediencia de Cristo”. Satanás tiene un gran poder sobre el alma para arrastrarla hacia un nivel inferior. Aquellos que realmente desean aprender a ejecutar la voluntad de Cristo, deben vaciar el alma de todos sus soberbios razonamientos, para que haya lugar para que Cristo sea entronizado en ella.—The Review and Herald, 18 de diciembre de 1888.
Todavía no ha terminado la controversia entre Cristo y Satanás. Este último está buscando constantemente establecer su propio poder y autoridad. Si puede entrampar a las mentes, lo hará. … Los engaños de Satanás son múltiples, pero el Señor será nuestro ayudador, si nosotros lo buscamos sinceramente.—Ibid.

DEVOCIONAL: NUESTRA ELEVADA VOCACIÓN
Elena G. de White

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Devocional

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