13 de marzo | Devocional: Hijos e Hijas de Dios | Claro que existe el diablo

«Sométanse, pues, a Dios. Resistan al diablo, y este huirá de ustedes». Santiago 4: 7, DHH

SATANÁS NO CESA DE PRESENTARNOS sus tentaciones. Emplea todos los medios a su alcance para ocultarse de nuestra vista, y por eso muchos ignoran sus artimañas. Hace poco alguien me preguntó: «¿Cree usted en un demonio personal?». «Por supuesto», fue mi respuesta. «Bien —repuso el que me interrogaba—, yo no creo que exista semejante ser; nuestros malos pensamientos e impulsos son el único demonio que conocemos». «Pero —le pregunté—, ¿quién sugiere esos pensamientos? ¿En quién se originan si no es en Satanás?». […]
Tan ciertamente como que tenemos un Salvador personal, tenemos también un adversario personal, cruel y astuto, que siempre vigila nuestros pasos y trata de desviamos. Puede obrar con más eficacia bajo disfraz. Dondequiera que se imponga la opinión de que no existe, allí está más activo. Cuando menos sospechamos su presencia, está obteniendo ventaja sobre nosotros. Me siento alarmada al ver a tantos jóvenes sometiéndose a su poder sin saberlo. Si solo percibieran el peligro, acudirían a Cristo, el refugio del pecador.— The Youth’s Instructor, 21 de noviembre de 1883.
Traten de ser fieles alumnos en la escuela de Cristo, aprendiendo diariamente a conformar su vida con el divino Modelo. Dirijan su vista hacia el cielo, y avancen «hacia la meta, para conseguir el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Fil. 3: 14, RV77). Corran la carrera cristiana con perseverancia, y venzan toda tentación que les sobrevenga, por fuerte que sea. «Resistan al diablo, que no tendrá más remedio que huir» (Sant. 4: 7, LPH).— The Youth’s Instructor, 30 de mayo de 1895.

DEVOCIONAL HIJOS E HIJAS DE DIOS
Elena G. de White

(1508)

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