12 de diciembre 2020 | Devoción Matutina para Jóvenes 2020 | Adorar es conocer a Dios

UNA NUEVA VERSIÓN DE TI

Lecturas devocionales para Jóvenes 2020

 

«El principio de ¡a sabiduría es el temor del Señor; el conocimiento de lo santo es inteligencia» (Proverbios 9:10).

Después de que Israel se estableció en Canaán y hubo paz en la tierra, se dieron las condiciones para desarrollar un ministerio musical en el santuario. Sin embargo, fue el rey David el que organizó de una manera profesional la música, asignándola a los levitas.

A lo largo de su vida, David organizó el ministerio de la música en tres etapas. Primero señaló a los cabezas de familia levitas para conformar una orquesta y un coro que acompañara al arca a su tienda en Jerusalén (1 Crónicas 15:16-24). Posteriormente, cuando el arca fue colocada en una tienda que David mandó construir, el rey hizo arreglos para que un coro musical alabara al Señor al tiempo que se realizaban ofrendas encendidas (1 Crónicas 16:4-6, 37-42). Los coros estaban en dos diferentes lugares: uno ante el arca del pacto, en Jerusalén, bajo el mando de Asaf (1 Crónicas 16:37); otro en el santuario que estaba en lo alto de Gabaón, bajo el mando de Hernán y Jedutún (1 Crónicas 16:39-42).

Casi al final de su reinado, David planeó un servicio musical mucho más elaborado, para que funcionara en el nuevo templo que Salomón construiría (1 Crónicas 23:2 al 26:32). El monarca conformó un coro de cuatro mil levitas para que se entrenaran en el canto. De ahí formó un coro profesional de doscientos ochenta y ocho miembros (1 Crónicas 5:16; 23:5; 25:1-7). ¡Eso sí que ha de haber sonado esplendoroso!

¿Te das cuenta del cuidado que los israelitas tomaron para conformar el coro del santuario? ¿Entiendes el valor que tiene la alabanza al Señor? Además, el propio David se involucró en la selección de las personas que tendrían una labor tan relevante. Probablemente había muy buenas voces, pero también tenían que tomar en cuenta la vida espiritual de los cantores.

¿Qué sucedería en tu iglesia si se le diera tanta relevancia a la alabanza al Señor? ¿Qué pasaría si en tu congregación se tuviera ese mismo cuidado con las personas que desean alabar al Señor? La música es un elemento muy importante en la adoración a Dios. No se puede descuidar sin padecer las consecuencias. Todos hemos de involucrarnos en la alabanza al Padre celestial. Además, hasta donde sea posible, cada iglesia debiera preocuparse por educar musicalmente a sus miembros.

Esta mañana te invito a alabar a Dios en tu vida. Acostúmbrate a hacerlo. Asimismo, te invito a disponer tu espíritu para alabarlo en su templo.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2020



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