11 de septiembre | Mi vida Hoy | Elena G. de White | El que hace su voluntad vivirá
Y el mundo se pasa, y su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre.
(1 Juan 2:17)
Juan y los demás discípulos asistían a un colegio en el que Cristo enseñaba…Juan asimiló cada lección y constantemente fue tratando de poner su vida en armonía con el divino Modelo. Las lecciones de Cristo, que presentaban la mansedumbre, la humildad y el amor como elementos esenciales para el crecimiento en la gracia y la preparación para su obra, fueron de elevadísimo valor para Juan…Se puede sacar una lección instructiva al comparar el carácter de Juan y el de Judas. Juan era un ejemplo vivo de la santificación. Por otra parte, Judas poseía una forma de piedad, mientras su carácter tenía más rasgos satánicos que divinos. Profesaba ser discípulo de Cristo, pero con sus palabras y obra lo negaba.
Judas tuvo las mismas y valiosas oportunidades que tuvo Juan de estudiar e imitar el Modelo. Escuchó las enseñanzas de Cristo Y su carácter pudo haber sido transformado por la gracia divina. Pero mientras Juan luchaba ardientemente contra sus propias faltas y trataba de asemejarse a Cristo, Judas violaba su conciencia y cedía a la tentación, encadenándose al hábito de la falta de honradez que lo transformaría a la imagen de Satanás.
Estos dos discípulos representan el mundo cristiano. Todos profesan ser seguidores de Cristo; pero mientras una clase anda en humildad y mansedumbre, aprendiendo de Jesús, la otra muestra que no es hacedora de la Palabra, sino sólo oidora. Los de un grupo están santificados por la verdad; los del otro, no saben nada del poder transformador de la gracia divina. Los primeros mueren diariamente al yo y vencen el pecado. Los segundos satisfacen todas sus concupiscencias y se convierten en siervos de Satanás. (Santificación:44) (267)
DEVOCIONAL ADVENTISTA
MI VIDA HOY
Reflexiones para cada día
Elena G. de White
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