11 de octubre | Devocional: Alza tus ojos | Se prueba el carácter
Nubes y oscuridad alrededor de él; justicia y juicio son el cimiento de su trono. Salmos 97:2.
Dios probará el carácter en cada punto. El tiene corazón de Padre y mucha paciencia con sus hijos. En su trato con el pueblo de Israel les suplicó con misericordia y amor. Pacientemente expuso sus pecados ante ellos, y con clemencia esperó que vieran y reconocieran sus errores. Cuando se arrepintieron y confesaron sus pecados, El los perdonó; y aunque la ofensa se repitió frecuentemente no pronunció palabras de burla, ni expresó resentimiento.
Cristo claramente afirmó que aunque alguien peque reiteradamente ha de ser perdonado, si se arrepiente, aun si pecare setenta veces siete…
El habla es un talento [que nos ha sido dado] en administración, y Dios multiplicará cada inversión que se haga en su amor y en su temor. Elevará y sostendrá a quienes lo necesiten… Recuerden que el silencio es elocuencia. Explayarse libremente según ha sido la costumbre [de algunos] separa el alma de Dios, y trae aparejada condenación.
Haya más oración y menos conversación sobre los errores de los demás. Por medio de mucha oración, sea el yo enteramente consagrado a Dios. Entonces trabajen con todas las facultades y poderes que Dios ha concedido para ayudarse mutuamente a alcanzar una norma más elevada. Trabajen conjuntamente con los ángeles ministradores, y obtendrán una experiencia que será del más alto valor…
Es menester que el poder transformador de Dios se vea sobre la lengua, refrenando las palabras que no deberían pronunciarse. Entonces el Espíritu Santo será revelado uniendo, no separando…
Todos los que deseen estar entre los que permanecerán delante de Dios sin culpa deben comenzar sin retraso la obra práctica de vencer. El Señor permite que nos sobrevengan pruebas con el fin de que podamos ser purificados de la mundanalidad, del egoísmo, de la aspereza de carácter tan diferente del de Cristo. El desea crear en todo corazón un anhelo profundo y ferviente de ser limpiado de toda mancha de pecado, de modo que podamos salir más puros, mas santos y más felices de cada tribulación que El permite. Nuestras almas se oscurecen por el egoísmo, pero si tan sólo miramos a Jesús el yo morirá. Se producirán cambios en el hablar y en el obrar. Si somos pacientes bajo la prueba crucial, saldremos reflejando la imagen del Maestro. “Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía”. Salmos 37:6. “Justicia y juicio son el cimiento de su trono”. Salmos 97:2.—Manuscrito 61, del 11 de octubre de 1900, sin título.
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DEVOCIONAL: ALZA TUS OJOS
Elena G. de White
(809)