11 de mayo 2021 | Devoción Matutina para Adultos 2021 | Consolados

“Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya: Gracia y paz a vosotros de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo” (2 Corintios 11, 2).
EN LA PRIMERA CARTA a los corintios, Pablo es objetivo y práctico. En esta segunda Epístola, es subjetivo y personal. En el primer capítulo, nos enseña valiosas lecciones:
1. Dios nos conforta y asiste en los desafíos y tribulaciones con el propósito de que tengamos la sensibilidad de auxiliar a quienes pasan por tribulación (vers. 1-6).
2. Nadie está libre de enfrentar desafíos y problemas (vers. 7-11).
3. Lo esencial es vivir con sinceridad y sencillez ante Dios (vers. 12).
4. Lo que nos sostiene en los momentos de prueba y desafío es la fe en Dios. Por eso, nuestra fe tiene que fortalecerse en los momentos de calma (vers. 24).
Dios es “Padre de misericordias y Dios de toda consolación” (vers. 3). En toda tribulación, angustia, apremio y dificultad.
“Consolar” es más que aliviar, fortalecer, acompañar: significa “Dios al lado de nosotros”.
Limitado por su humanidad, Jesús no podía estar en todo lugar al mismo tiempo, por eso envió a “otro Consolador”, al Espíritu Santo, para que esté con nosotros “para siempre” (Juan 14:16).
El apóstol señala que el objetivo de nuestra consolación es consolar a los que están en cualquier tribulación (vers. 4). Es decir:
Somos consolados para consolar, y siempre con propósito misionero.
Dios puede salvarnos del horno de fuego o acompañarnos en él. Este fue el caso de Francés Ridley Havergal, que nació en Inglaterra en 1836. Su padre fue evangelista y compositor de himnos. Francés no gozó de buena salud a lo largo de su vida, marcada por una constante debilidad física. Pero Dios le dio una mente muy brillante. A los cuatro años aprendió a leer, a los siete años compuso sus primeros poemas y memorizó largos pasajes de la Biblia. Luego, aprendió siete idiomas, incluidos el griego y el hebreo. A los once años perdió a su madre.
Francés fue la compositora del himno que dice:

“Que mi vida entera esté
consagrada a ti Señor.
Toma ¡oh Dios! mi voluntad
y hazla tuya, nada más”.
Murió con tan solo 42 años: una vida corta,
pero fructífera, confiada y dependiente del Señor.
Las aflicciones del justo pueden ser muchas,
pero de todas nos librará el Señor.
Él promete su consuelo.
Confiemos y dependamos de él.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2021



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