10 de septiembre | Devocional: En los lugares celestiales | Una voluntad firme es esencial para la victoria
Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado. Hebreos 12:4.
En cada siglo, desde la caída de Adán, la oposición de las agencias del mal ha hecho una guerra continua de las vidas de quienes desean ser leales y fieles a los mandamientos de Dios. Quienes deseen ser finalmente victoriosos, deben enfrentar y vencer a las fuerzas de Satanás, quien con fiera determinación se opone a cada paso de avance. Tienen que hacer frente a un enemigo vigilante, a un enemigo astuto que nunca duerme y que trata incansablemente de minar la fe de los siervos de Dios e inducirlos a llevar a cabo los planes de su hechura [de Satanás]…
El bien y el mal nunca armonizan. Entre la luz y las tinieblas no puede haber componendas. La verdad es luz revelada; el error es oscuridad…
Ojalá pudiera trazar palabras que presentaran este asunto tal como es. Dios espera que sus soldados estén siempre en el puesto del deber… Con una firmeza que no cederá una pulgada, deben aferrarse bien a la palabra: “Escrito está”. Tengamos presente que estamos en terreno ventajoso puesto que Cristo ha vencido en nuestro favor. Ha hecho completa provisión para que podamos vencer. El poder divino se coloca detrás de toda voluntad resueltamente determinada a hacer lo recto. Dios ha provisto la armadura y las armas con las cuales cada uno tiene que combatir. Vístanse los soldados de Cristo toda la armadura de Dios y no vacilen frente a los ataques de Satanás… El éxito en la lucha cristiana significa vigilancia y una diaria crucifixión del yo.
El que se guía por los principios puros y santos discernirá rápidamente la más leve mancha de mal debido a que conserva a Cristo delante de sí como modelo. Su profundo arrepentimiento al descubrir un acto equivocado significa la corrección pronta de todo paso en donde él se ha apartado de la verdad.—Manuscrito 82, 1900.
DEVOCIONAL: EN LOS LUGARES CELESTIALES
Elena G. de White
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