10 de octubre 2021 | Devoción Matutina para Adultos 2021 | Justo y el Justo

“Esto es bueno y agradable delante de Dios, nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:3, 4).

PABLO APELA A QUE “se hagan peticiones, oraciones y súplicas y acciones de gracias por toda la humanidad” (1 Tim. 2:1). ¿Por qué? Los argumentos son simples y contundentes:
Dios quiere que todos los hombres sean salvos (vers. 4).
Constituido heraldo para trasmitir un mensaje real, y enviado por voluntad de Dios y maestro discipulador de los gentiles, es decir de todas las naciones, Pablo acepta el desafío.
Erli y Justo habían formado una linda familia. Él llegó a ocupar altas responsabilidades en las Fuerzas Armadas de Brasil. Ella era descendiente de familias adventistas misioneras y su mayor sueño era que Justo aceptara a Jesús, el Justo, como su Salvador personal.
Justo era respetuoso de la religión, pero no quería saber nada de Dios. Durante treinta años Erli oró, clamó y suplicó por un milagro de Dios. También lo hacía para que sus hijos Pedro, Isabela y Marcio se afirmaran en el Señor.
Tuvimos la oportunidad de conocer esta familia maravillosa. Fueron invitados a participar de un pequeño grupo que teníamos parte de las familias de la División Sudamericana. El estudio de la Biblia, las oraciones, la confraternidad y, sobre todo el amor y el poder de Dios, fueron cumpliendo los sueños de Erli.
Justo tomó su decisión y fue bautizado. Pedro afirmó sus pasos en la fe y fue a estudiar Teología, y hoy es pastor sirviendo al Señor y su iglesia junto a su esposa Cecilia. Isabela estudió Psicología y hoy es una profesional que camina en los pasos de Jesús. Por Marcio, la familia sigue orando.
Pablo dice, vamos a orar por todos, pero sobre todo vamos a orar para que todos se salven. Vivimos en los momentos más solemnes de la historia de este mundo. La suerte de innumerables multitudes está por decidirse.

“Debemos velar, obrar y orar como si este fuese el último día
que se nos concede” (Joyas de los testimonios, t. 2, p. 59).
¿Qué necesitamos?
“Necesitamos humillarnos ante el Señor, ayunar,
orar y meditar mucho en su Palabra. […]
Debemos tratar de adquirir actualmente
una experiencia profunda y viva
en las cosas de Dios,
sin perder un solo instante”
(Consejos para la iglesia, p. 84).
Seamos misioneros consagrados
porque todavía quedan muchos Justos
que necesitan un encuentro definitivo con el Justo.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2021



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