10 de junio 2021 | Devoción Matutina para Adultos 2021 | Familia real celestial
“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren alterar el evangelio de Cristo” (Gálatas 1:6, 7).
Pablo siempre se expresa con gozo y gratitud. Pero esta vez está sorprendido porque en poco tiempo algunos gálatas habían abandonado la gracia y desertado del evangelio. No se trataba de una variante del evangelio. Dólares falsos no son dólares, aunque sean llamados dólares.
El evangelio los había liberado de la esclavitud del pecado, llevándoles paz, y ellos habían renunciado a esa bendición ¿para seguir a quiénes? ¿Para aceptar qué? Los judaizantes, con tal de lograr su propósito, trataron de desacreditar el mensaje y al mensajero.
Parecía solo una adición de reglas y ritos; pero, con el tiempo, lo añadido se transformó en lo único, minimizando el evangelio a una serie de reglamentos legalistas, que reducen la fe cristiana a los aspectos puramente formales.
Nada precisa y nada puede añadirse al evangelio; ya que es perfecto, no necesita mejoras. O Cristo y su gracia son suficientes o no lo son. Los judaizantes pretendían mejorar la gracia, exaltando la ley, y lo que consiguieron fue invalidar la gracia del Señor.
En enero de 2020 el mundo se vio sorprendido cuando Meghan y Harry, los duques de Sussex, decidieron renunciar como miembros de la familia real británica. Tendrán sus razones, pero no deja de llamar la atención que alguien haya encontrado motivos para renunciar a su realeza y perder “millones” de beneficios, honores, propiedades, recursos y tantas otras prerrogativas.
Sin embargo, a veces nosotros intentamos dar un paso al costado como miembros de la familia real celestial, para ser independientes y vivir por y para nosotros mismos. No hace falta ir a Inglaterra ni a Galacia para encontrar a tantos que inexplicablemente renuncian a la realeza del evangelio y dejan de lado su membresía real, con todos sus honores y bendiciones.
Más difícil aún es que dejan la realeza para seguir la bajeza de pretender salvarse por una suma de obras supuestamente meritorias.
“El mayor enemigo de las almas es la egolatría, que hace que el hombre busque en sí mismo la salvación” (Spurgeon). Siendo miembros de la familia real celestial, “¿qué nos hace pensar que podemos escapar si descuidamos esta salvación tan grande, que primeramente fue anunciada por el mismo Señor Jesús y luego nos fue transmitida por quienes lo oyeron hablar?” (Heb. 2:3, NTV)?
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2021
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