1 de noviembre 2020 | Devoción Matutina para Jóvenes | Tomás Jefferson

Ustedes conocen la gracia generosa de nuestro Señor Jesucristo. Aunque era rico, por amor a ustedes se hizo pobre para que mediante su pobreza pudiera hacerlos ricos. 2 Corintios 8:9.

No es muy común escuchar que un hombre rico se empobrezca voluntariamente. Tomás Jefferson era uno de esos hombres. Abandonó su lujosa mansión, Monticello, para vivir en una casa expuesta a los vientos de Washington, D.C. Puso a un lado la seda y el terciopelo de un caballero acomodado de campo, para vestir las ropas comunes de un granjero.

En cierta ocasión, un hombre de Connecticut paseaba por Washington cuando vio a un caballero vestido con un traje común de color marrón, montado sobre su caballo pura sangre. Se le acercó y le dijo:

-¡Oiga! ¿Cuánto quiere por su caballo?

-La verdad es que no está en venta -le contestó el otro-, ¿Por qué lo pregunta?

-Busco un buen caballo que me saque inmediatamente del pueblo. ¡Es que no soporto a ese tal Jefferson!

-¿De veras? ¿Nunca lo ha visto?

-No, pero lo reconocería en cualquier parte. ¡Viste ropas muy finas y rimbombantes, tiene dos relojes de oro y un anillo en cada dedo de las manos! ¡Qué hipócrita! ¡Habla de igualdad, pero vive como un rey!

-Creo que alguien le ha informado mal -le respondió su nuevo amigo-. La verdad es que no viste mejor que yo. Verá, mañana iré a la Casa Blanca. Esté allí a las diez en punto, y le conseguiré una entrevista con el presidente.

El caballero del traje color marrón esperaba a su compañero casual en la entrada de la Casa Blanca a la mañana siguiente. El hombre llegó puntualmente a la cita. Estaba a punto de saludar a su invitado, cuando un sirviente llegó con una carta.

-¡Señor Presidente! -dijo el sirviente al entregarle la carta. Avergonzado, el hombre de Connecticut se dio vuelta y salió corriendo de la Casa Blanca sin saludar a su compañero de paseo, el presidente Tomás Jefferson.

Lo que Tomás Jefferson abandonó por un lapso de ocho años no es nada, en comparación con lo que Jesús, el Rey de Gloria, abandonó durante 33 años. Arriesgó el cielo para que ganáramos la vida eterna. Se hizo mendigo para que fuésemos príncipes. Cambió su corona por una cruz de vergüenza, a fin de que nosotros pudiéramos cambiar nuestras cruces por coronas de victoria.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2020



(1509)

DEJA UN COMENTARIO

Comentarios

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*