1 de julio | Devocional: Una religión radiante | La unión de lo humano con lo divino para la acción
«Yo afirmo que Ciro es mi pastor, y dará cumplimiento a mis deseos; dispondrá que Jerusalén sea reconstruida, y que se repongan los cimientos del templo». Isaías 44: 28, NVI
DIOS OBRA POR MEDIO de quienes él ha elegido. A veces escoge al más humilde instrumento para que lleve a cabo la mayor de las acciones, pues su poder se revela en la debilidad humana. Los seres humanos tenemos nuestra norma, y en virtud de ella clasificamos algo como grande o como pequeño; pero Dios no valora nada de acuerdo con nuestra vara de medir. No hemos de suponer que lo que es grande para nosotros tiene que ser grande para Dios, o lo que es pequeño para nosotros tiene que ser pequeño para el Todopoderoso. No nos toca a nosotros juzgar nuestros propios talentos o elegir nuestra obra. Hemos de llevar las cargas que el cielo nos señala, llevándolas por su causa, y siempre recurriendo a él en busca de apoyo. Cualquiera que sea nuestra función, el Señor es honrado por un servicio alegre y de todo corazón. El se sienten complacido cuando afrontamos nuestros deberes agradecidos y felices de que se nos considere dignos de ser sus colaboradores.— Palabras de vida del gran Maestro, cap. 25, p..298.
Cristo acepta con verdadero gozo a todo ser humano que se entrega a él. Une lo humano a lo divino, para comunicar al mundo los misterios del amor encarnado. Hablemos de ellos, oremos al respecto, proclamémoslos. Hemos de anunciar por todas partes el mensaje de su gloria, y seguir avanzando hacia las más lejanas regiones.— El discurso maestro de Jesucristo, cap. 2, p. 73.
MI RELEXIÓN PERSONAL
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UNA RELIGIÓN RADIANTE
Reflexiones diarias para una vida cristana feliz
Elena G. de White
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