9 de junio | Devocional: Mi vida Hoy | El querer y el obedecer

Si quisiereis y oyereis comeréis el bien de la tierra. (Isa. 1:19)

Al exigir que se obedezcan las leyes de su reino, Dios da salud y felicidad, paz y gozo a su pueblo. (CPT:454)

El principio del amor y la obediencia filial está estrechamente relacionado con el gran principio del amor y la lealtad a Dios, Padre de todos. Los que desprecien la autoridad paterna pronto despreciarán la autoridad de Dios. (PP:345)

Los niños pueden comprender a una edad muy temprana lo que se les explica con sencillez y claridad. Mediante una disciplina bondadosa y sensata se les puede enseñar a obedecer…La madre no debe permitir que su niño la aventaje en ningún momento. Y a fin de conservar esta autoridad no es necesario tomar severas medidas; una mano firme y serena y los modales bondadosos que convenzan al niño de que se lo ama, lograrán ese propósito. (Pacific Health Journal, 04-1890)

Cuando los niños aman a su madre y confían en ella y le obedecen, han aprendido las primeras lecciones para llegar a ser cristianos. Deben obedecer y amar a Jesús y confiar en él, tal como obedecen y aman a sus padres, y confían en ellos. (Pacific Health Journal, 09-1890)

La obediencia inmediata y continua a las normas sabias de los padres fomentará la felicidad de los niños mismos, tal como la honra de Dios y el bien de la sociedad. Los niños deben aprender que el sometimiento a las leyes de la casa significa verdadera libertad. Los cristianos aprenderán la misma lección: en la obediencia a la ley de Dios hallarán la perfecta libertad. (RH, 30-08-1881)

Los niños serán mucho más felices si están sometidos a una disciplina conveniente, que si se les permite hacer lo que les indican sus impulsos irrefrenados. (MS 49, 1901) (170)

DEVOCIONAL MI VIDA HOY

Reflexiones para cada día

Elena G. de White



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Devocional, Mi vida Hoy

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