5 de mayo | Devocional: Mi vida Hoy | La limpieza

Lleguémonos con corazón verdadero, en plena certidumbre de le, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los
cuerpos con agua limpia. (Heb. 10:22)

La limpieza escrupulosa es esencial para la salud del cuerpo y de la mente. El cuerpo elimina continuamente impurezas por
conducto de la piel. Los millones de poros de ésta se cierran pronto con la acumulación de aquéllas si no se la tiene en estado de limpieza por medio de frecuentes baños, pues de no ser eliminadas por la piel, constituyen una carga adicional para los demás órganos de eliminación…El baño, tomado como es debido, fortalece contra el frío, pues estimula la circulación; la sangre es traída a la superficie, y así se consigue una circulación más fácil y más normal. La mente y el cuerpo resultan igualmente vigorizados. Los músculos se hacen más flexibles, la inteligencia más brillante. El baño es calmante para los nervios. (MC:256-257)
Enseñadles a los niños que a Dios le desagrada verlos sucios, con la ropa desgarrada y desaseada… Tener la ropa limpia y aseada es una manera de mantener los pensamientos puros y agradable…Hay que conservar limpias especialmente todas las
prendas que tienen contacto directo con la piel. (Christian Temperance and Bible Hygiene:142)
La verdad jamás asienta su delicado pie en una senda de suciedad o impureza. El que se preocupó tanto porque los hijos de
Israel cultivaran hábitos de limpieza, no sancionará ninguna impureza en los hogares de sus hijos de la actualidad. Dios contempla con reprobación la suciedad de cualquier clase. (RH, 10-05-1902)
Si hay rincones sucios y descuidados en la casa, será más fácil que se formen rincones impuros en el alma. (Christian Temperance and Bible Hygiene:142-143)
Perfecta limpieza, abundancia de sol, cuidadosa atención a las condiciones sanitarias de todo detalle de la vida casera, son de suma importancia para la libertad de enfermedades y para alegrar y vigorizar a los que viven en casa. (MC:252)
El cielo es puro y santo, y los que pasen por las puertas de la ciudad de Dios tendrán que haberse revestido de pureza interior y exterior en este mundo. (RH, 10-05-1902) (134)

DEVOCIONAL MI VIDA HOY
Reflexiones para cada día
Elena G. de White

(1806)

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Devocional, Mi vida Hoy

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