3 de Octubre | Maranata: El Señor viene | Elena G. de White | Una ilustración gráfica de la séptima plaga

¿Has visto los tesoros del granizo, que tengo reservados para el tiempo de angustia? Job 38:22,23.

Byron Belden, Sarah Belden y la Hna. May Lacey me acompañaron a la reunión que tuvimos en Prospect [sur de Australia]… Cuando salimos de la casa [donde se había celebrado la reunión] notamos que se acercaba la tormenta… y echamos a correr con nuestros caballos tan rápidamente como podíamos. Cuando estábamos por llegar a casa, la tempestad se desató con toda su furia. Comenzó a caer granizo de gran tamaño… El granizo espantó a la yegua porque la golpeaba con fuerza terrible.
Dije entonces: “Byron, desciende pronto… Acércate a la cabeza [de la yegua] y háblale. Los caballos deben saber que no eres tú quien los castiga”. Al oír esto, bajó en seguida. Yo añadí: “May Lacey y Sara, salgan”. Lo hicieron…
Yo salí a continuación; May y Sara me ayudaron… El viento soplaba con tal fuerza que nos arrancó los sombreros de la cabeza y se llevó los almohadones del coche. Los pesados cojines del carruaje, los paraguas, y las espesas mantas de viaje cayeron al suelo y volaban en todas las direcciones…
¡Qué escena! La Hna. Belden, May Lacey y yo llegamos a casa sin sombrero… Byron estaba con la pobre potranca aterrorizada… Solo pudimos elevar nuestro corazón a Dios en procura de ayuda…
Este es el incidente más tremendo que he tenido alguna vez en un carruaje en medio de la tormenta… Pensé en el día cuando los juicios de Dios caigan sobre el mundo; cuando la negrura y horribles tinieblas envuelvan los cielos como un saco de cilicio… Mi imaginación preveía lo que será ese momento cuando la poderosa voz del Señor ordene a sus ángeles: “Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios”. Apocalipsis 16:1…
El Señor saldrá para castigar a los habitantes de la Tierra por su iniquidad, y la tierra descubrirá sus sangres y no ocultará más a sus muertos…
Cuando las plagas de Dios caigan sobre la Tierra, caerá granizo sobre los impíos del peso de un talento…—Manuscrito 59, 1895.

DEVOCIONAL ADVENTISTA
MARANATA: EL SEÑOR VIENE
Elena G. de White

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