29 de agosto | Una religión radiante | Elena G. de White | Los «regalos» del mundo
«Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: “No tengo en ellos contentamiento»». Eclesiastés 12: 1
¿HAS PROCURADO DELEITARTE con los frutos de la transgresión, para hallar únicamente que se vuelven ceniza en tus labios? Y ahora, desperdiciada tu hacienda, frustrados los planes de tu vida, y muertas tus esperanzas, ¿te sientes solo y abandonado? Hoy aquella voz que hace tiempo ha estado hablando a tu corazón, pero a la cual no querías escuchar, llega a ti distinta y clara: «¡Levántense! ¡Pónganse en marcha, que este no es un lugar de reposo! ¡Está contaminado, destruido sin remedio!» (Miq. 2: 10, NVI). Vuelve a la casa de tu Padre. Él te invita, diciendo: «Vuélvete a mí, porque yo te redimí» (Isa. 44: 22). — Palabras de vida del gran Maestro, cap. 16, p. 161.
Así como la gente presenta el mejor vino primero y luego el peor, así hace también el mundo con sus dones. Lo que ofrece puede agradar a los ojos y fascinar los sentidos, pero no resulta satisfactorio. El vino se trasforma en amargura, la alegría en lobreguez. Lo que empezó con cantos y alegría, termina en cansancio y desagrado. Pero los dones de Jesús son siempre frescos y nuevos. El banquete que él provee para el alma no deja nunca de dar satisfacción y gozo. Cada nuevo don aumenta la capacidad del receptor para apreciar y gozar las bendiciones del Señor. Da «gracia sobre gracia» Juan 1: 16). No puede agotarse la provisión. Si moramos en él, la recepción de un rico don hoy, nos asegura la recepción de un don más rico mañana.— El Deseado de todas las gentes, cap. 15, p. 127.
«Yo hice desaparecer tus faltas y pecados como desaparecen las nubes en el cielo. ¡Vuelve a obedecerme, porqueyo te di libertad!». Isaías 44: 22, TLA.
DEVOCIONAL ADVENTISTA
UNA RELIGIÓN RADIANTE
Reflexiones diarias para una vida cristiana feliz
Elena G. de White
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