24 de Octubre | Hijos e Hijas de Dios | Elena G. de White | El pan del cíelo para cenar juntos
«Dios bendice a los que desean la justicia, pues él les cumplirá su deseo». Mateo 5: 6, TLA
LA JUSTICIA ES SANTIDAD, semejanza a Dios; y «Dios es amor» (1 Juan 4:8). Es conformidad a la ley de Dios, «porque todos tus mandamientos son justicia» y «el cumplimiento de la ley es el amor» (Sal. 119: 172; Rom. 13: 10). La justicia es amor, y el amor es la luz y la vida de Dios. La justicia de Dios está personificada en Cristo. Al recibirlo, recibimos la justicia.
La justicia no se obtiene por esfuerzos laboriosos, ni por rudo trabajo, ni aun por dones o sacrificios; es concedida gratuitamente a toda persona que tiene hambre y sed de recibirla. […]
No hay agente humano que pueda proporcionar lo que satisfaga el hambre y la sed del alma. Pero Jesús dice: «¿No ves que estoy llamando a la puerta? Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré en su compañía». «Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás» (Apoc. 3: 20, LPH; Juan 6: 35).
Así como necesitamos alimento para sostener nuestro cuerpo físico, también necesitamos a Cristo, el pan del cielo, a fin de mantener la vida espiritual y obtener energía para hacer las obras de Dios. Y de la misma manera como el cuerpo recibe constantemente el alimento que sostiene la vida y el vigor, así el creyente debe comunicarse sin cesar con Cristo, sometiéndose a él y dependiendo enteramente de él.
Semejante al viajero fatigado que, hallando en el desierto la fuente buscada, satisface su sed agobiante, el cristiano buscará y obtendrá el agua pura de la vida, cuyo manantial es Cristo […]
No necesitamos calmar la sed en riachuelos superficiales; porque tan solo un poco más arriba de nosotros se encuentra el gran manantial de cuyas aguas abundantes podemos beber libremente.— El discurso maestro de Jesucristo, cap. 2, pp. 37-39.
DEVOCIONAL ADVENTISTA
HIJOS E HIJAS DE DIOS
Elena G. de White
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