22 de enero | Devocional: Hijos e Hijas de Dios | A nuestra disposición el mejor Guía

«Porque los hijos de Dios son todos aquellos que son guiados por el Espíritu de Dios». Romanos 8:14, RVC

EL ESPÍRITU SANTO es una persona, porque da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Cuando se recibe este testimonio, trae consigo su propia evidencia. En tales momentos creemos y estamos seguros de que somos hijos de Dios.— El evangelismo, cap. 19, p. 447.
El Señor tiene plenitud de gracia para derramarla sobre todos los que aceptan los dones celestiales. El Espíritu Santo pondrá los talentos que nos han sido confiados por Dios al servicio de Cristo, y modelará al instrumento humano de acuerdo con el Modelo divino, en la medida que cada cual desee fervientemente esa transformación.— The Youth’s Instructor, 5 de julio de 1894.
Quienes consientan en ser guiados por el Espíritu de Dios, serán iluminados y santificados; y se percatarán de lo aborrecible del pecado y de la hermosura de la santidad. Considerarán un gran honor ser llamados hijos de Dios, debido a que saben que son totalmente indignos de relacionarse con Cristo, el Hijo unigénito del Padre. El Señor Jesús tomó sobre sí nuestra naturaleza, para poder vinculamos consigo mismo. Sufrió en la carne […] para poder llevar muchos hijos e hijas a Dios.— The Youth’s Instructor, 8 de diciembre de 1892.
Es el Espíritu quien hace resplandecer en las mentes entenebrecidas los brillantes rayos del Sol de Justicia; el que inflama el corazón de los seres humanos dentro de sí mismos con la recién despertada comprensión de las verdades eternas; el que presenta a la mente la gran norma de justicia, y convence de pecado; el que inspira fe en el Unico que puede salvar del pecado.— Obreros evangélicos, sec. 7, pp. 303-304.

DEVOCIONAL HIJOS E HIJAS DE DIOS
Elena G. de White

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