13 de abril | Devocional: Maranata: El Señor viene | Socios de Cristo

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:5.

¡El fin está cerca! Dios invita a la iglesia a poner en orden las cosas que quedan. Colaboradores de Dios, estáis facultados por el Señor para llevar a otros al reino. Habéis de ser los agentes vivos de Dios, conductos de luz para el mundo, y en derredor vuestro hay ángeles del cielo, enviados por Cristo para sosteneros y fortaleceros mientras trabajáis por la salvación de las almas…
Destacaos como separados y distintos del mundo, como personas que están en el mundo, pero que no son de él, y reflejad los brillantes rayos del Sol de justicia, siendo puros, santos y sin contaminación, y haciendo brillar con fe la luz en todos los caminos y vallados de la tierra.
Despiértense las iglesias antes que sea eternamente demasiado tarde. Asuma cada miembro su obra individual y vindique el nombre del Señor, que lleva sobre sí. Que la fe sana y la ferviente piedad reemplacen la pereza y la incredulidad. Cuando la fe eche mano de Cristo, la verdad deleitará el alma y los servicios religiosos no serán áridos ni carentes de interés… Diariamente tendréis una rica experiencia mientras practiquéis el cristianismo que profesáis. Se convertirán los pecadores…
¡Ojala que todos se despertaran y manifestasen al mundo que su fe es una fe viva, que aguarda al mundo una crisis vital y que Jesús vendrá pronto! Dejemos ver a los hombres que creemos estar en los límites del mundo eterno.
La edificación del reino de Dios queda rezagada o fomentada de acuerdo con la infidelidad o la fidelidad de los agentes humanos.
La obra queda estorbada cuando los agentes humanos no cooperan con los agentes divinos. Los hombres pueden orar: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:10); pero si en su vida no actúan de acuerdo con su oración, sus peticiones serán infructuosas. Pero aunque seamos débiles, sujetos a error y pecado, el Señor nos ofrece asociarnos con él. Nos invita a colocarnos bajo la instrucción divina. Uniéndonos con Cristo, podemos realizar las obras de Dios. “Separados de mí—dijo Cristo—nada podéis hacer”.—Joyas de los Testimonios 3:69-71.

DEVOCIONAL MARANATA: EL SEÑOR VIENE
Elena G. de White

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Comentarios

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1 Comment

  • Edgar Durango oquendo 6 años ago

    Gracias por que cada dia es una bendición. Para mi poder leer estas reflexiones queme ayudarán. A mejorar. Y alimentar. Mi vida espiritual.