10 de abril | Devocional: Una religión radiante | Cómo ser felices aquí y ahora, y por la eternidad
«Nosotros, colaboradores de Dios, les rogamos que no reciban su gracia en vano». «Aparentemente tristes, pero siempre alegres;pobres en apariencia, pero enriqueciendo a muchos; como si no tuviéramos nada, pero poseyéndolo todo». 2 Corintios 6:1,10, NVT
ESTAMOS EN UN MUNDO de sufrimiento. Dificultades, pruebas y tristezas nos esperan a cada paso en nuestra andadura hacia la patria celestial. Muchos, sin embargo, acrecientan el peso de la vida cargándose continuamente de aflicciones anticipadas. Si encuentran adversidad o desengaño en su camino, piensan que todo marcha hacia la ruina, que su suerte es la más dura de todas, y que ciertamente acabarán hundidos en la miseria. Así atraen la desdicha y arrojan sombras sobre cuanto los rodea. La vida se vuelve una carga para esas personas. Pero no tiene que ser así. Tendrán que esforzarse con determinación para cambiar el curso de sus pensamientos. Y desde luego que el cambio es posible.
Nuestra felicidad, para esta vida y para la futura, depende de que nos centremos en lo que alegra el corazón. Dejemos ya de contemplar los escenarios lóbregos de nuestra imaginación; consideremos más bien las bendiciones que Dios ha esparcido en nuestro camino, y más allá de ellos, la dicha invisible y eterna.— El ministerio de curación, cap. 18, p. 164.
Todos los que prosiguen adelante en la carrera cristiana, deben tener, y tendrán, una experiencia viva, nueva e interesante. Una experiencia viva se compone de pruebas diarias, conflictos y tentaciones, arduos esfuerzos y victorias, y mucha paz y gozo obtenidos mediante Cristo.— Testimonios para la iglesia, t. 2, p. 513.
«Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria». Romanos 8: 17, NVT
UNA RELIGIÓN RADIANTE
Reflexiones diarias para una vida cristana feliz
Elena G. de White
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